domingo, 10 de abril de 2011

La derecha peruana tropezó de nuevo con la misma piedra…y luego volvió a tropezar.


El conservadurismo peruano reprobó la lección del 2,006
               Cuando en el 2,006 Ollanta Humala perdió la elección alcanzando 47.5% de los votos frente al casi imbatible Alan García, la derecha peruana se tocó de nervios y aunque no celebró mítines, si abrió champanes y dio algunos vivas por García. Ese mismo año en la CADE, el excluyente evento empresarial peruano, empezaron a hablar de Inclusión. Hernando de Soto, representante personal del presidente García para el tema del TLC, habló del TLC HACIA DENTRO. En la fiesta de clausura abrieron más champanes, celebraron entusiasmados su tanta generosidad y retornaron a sus mansiones.

                Y nada, como les gusta decir cuando no tienen nada qué decir con bastante frecuencia. Uno ó dos años después descubrieron que Gastón Acurio podía ser su abanderado frente a los chicos de sectores populares y pusieron todos los huevos en la canasta de la gastronomía. Inventaron Mistura, abrieron espacios sobre ello en sus diarios y revistas y televisiones. Hicieron festivales, compraron todo terreno para enfatizar sus éxitos, degustaron, bebieron, se relamieron y engordaron hasta reventar. De inclusión nada. 

                Ahora la bomba esta a punto de estallar de nuevo. El candidato (la roca) al que el año pasado hacían aparecer con 8% de preferencias electorales en las encuestas, ha crecido hasta ponerlos a temblar. Rosa María Palacios contaba la mañana del 7 de marzo en su programa radial, haberse reunido con algunos de los dueños del Perú hace un par de años y haberles dicho, O las cosas cambian o Humala estará en la segunda vuelta. Estas loca, cuenta la Palacios que le respondieron. Es que empequeñecido como estaba Ollanta por las encuestadoras, la necesidad de inclusión social desapareció. La derecha peruana no tiene incorporado el chip del mercado sano, de la redistribución, del país de todos. Aún manejan el criterio del cholo barato, del empleo en negro y sin derechos como los Services, del horario de 12 horas de trabajo sin chistar, del nadie es imprescindible y estás despedido, te me vas. ¿Algún día tendremos una derecha diferente? ¿Menos frívola? En estas elecciones empezaron apoyando a Toledo, pero luego se sintieron en capacidad de prescindir del cholo y lo cambiaron por el gringo, más parecido a ellos; basta de cholos, ahora gobernarían directamente con uno de los suyos.
 

                Pero el tiro parece haber errado de nuevo. Es casi seguro que deberán elegir entre el SIDA  y el cáncer. Casi no dudo que ellos apoyarán a Humala si este les conserva seguir ganando como hasta ahora. Y lo mismo harían con la Fujimori. No tienen bandera. Sin embargo hay varios componentes de este sector que no la tendrán fácil y deben estar arrancándose los cabellos. Son sectores a los que el fujimorismo tiene importantes cuentas qué cobrar, empezando por el grupo El Comercio, que perdería el Canal 4 de TV en beneficio de Crousillat. Pero el problema más importante para la derecha, la de verdad, es el clima de inestabilidad para los negocios que originaría el retorno de Fujimori. El fantasma de las genuflexiones empresariales en la salita del SIN está muy presente para ellos, así como la SUNAT-HUNTER para el enemigo, El RUC Sensible para los amigos. La inversión extranjera se reduciría al mínimo, como en los 90. La derecha económica peruana está pues, Entre Escila y Caribdis. Quisieron elegir un gringo y hasta ahora parece que tienen un escenario peor al del 2,006. A menos que Toledo o PPK den la sorpresa.

Pueblo Libre, 10 de abril del 2,011


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