Iker Casillas acaba de ganar la Copa del Rey. Ha vencido al invencible Barcelona, ese del mejor jugador del universo, un tal Messi, al que otra vez Iker y su equipo han mandado a casa como vino al mundo. Sergio Markarian acaba de perdonar a Farfán. Don Sergio no le ha ganado a nadie, pero ha ganado bien, bastante bien. Ha perdonado a Farfán diciendo que fue una falta menor. Hace pocos días don Sergio había dicho a los periodistas respecto del perdón a Farfán “No me presionen más con ese tema, no lo perdonaré aunque salga campeón en la Champions”.
Pocas horas después de subir al podio de campeón de Europa en el 2,008, Iker Casillas se trepó en un avión que lo encumbrara aún más alto, y se fue hasta el Cusco, en el techo del nuevo mundo, para apoyar causas benéficas; parar a la pobreza allí donde ella es reina, ama y señora. "Sé lo que es no tener nada. Nací en un piso de 60 metros", contó. Acudió al llamado de la ONG Plan España, que trabaja por niños desfavorecidos. En Patabamba se ganó el corazón de los niños, de los grandes; jugó futbol, bailó con las mamachas, rió.
Jefferson Farfán fue separado de la selección en el 2,007 por el escándalo del Golf Los Incas. En el 2,010 fue separado otra vez por el bueno de don Sergio por la salidita nocturna en Panamá. Hace poco asistió al estadio a ver jugar a la selección en La Haya y mientras se cantaba el himno nacional hizo un gesto obsceno. Los alemanes lo llamaron “mercenario” a principios de año. En marzo Farfán se vino a Lima en un viaje relámpago y realizó una sonada fiesta con sus amigos. ¿Cúal es la razón por la cual Sergio Markarian ha perdonado al imperdonable?
Después de perder 1-0 frente al Sporting el último 2 de abril, Iker Casillas enfrentó a sus compañeros en los camerinos.
-¡Ya veréis cómo mañana no se ríe nadie! ¡A ver si nos dejamos de risa y de cachondeo y nos tomamos las cosas en serio! ¡Porque hoy no hemos entrado en el partido en serio! ¡Siempre igual...!
Alarmado, Zidane, consejero de Mourinho, acudió a templar los ánimos de su ex compañero.
-Tranquilízate, Iker.
-¡Tranquilízate y una polla!, replicó el portero.
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