Humala: ¿Más te pegan, más te quiero?

              A juzgar por los resultados de las encuestas así parece ser. Antes de la publicación de encuestas del 25 de marzo, a dos semanas de las elecciones, Ollanta Humala aparecía tercero en las preferencias. Después del 25 la gran prensa limeña arremetió con toda su furia contra Humala desempolvando el gastado expediente del miedo, con el que acababan de enfrentar en Octubre a Susana Villarán, perdiendo. El resultado contraproducente de este nuevo trabajito de los medios limeños ha sido llevar a Humala al primer lugar de las encuestas con holgada ventaja a siete días de las elecciones. 26% sobre 18% de su más cercano perseguidor.

Ollanta Humala: la gran incógnita

                Hace unas horas una señora me decía. “Dicen que si gana Humala nos van a quitar el tercer piso de la casa”. Y sí, es para reír, pero es real, la derecha peruana al carecer de argumentos recurre a lo primario, al terror asustando a la gente más pobre a la vez que hace promesas de todo tipo que no piensa ni en broma cumplir; como los 2 millones de puestos de trabajo o los 3 millones, de PPK y Toledo respectivamente. ¿No es acaso que los neoliberales han dicho siempre que no es obligación del estado crear trabajo? ¿Qué pasó ahora?

                Cuando en 1,987 Alan García intentó estatizar la banca, la derecha encabezada por Vargas Llosa respondió aterrorizando a la gente con frases simples “te van a quitar tu estera, van a quitarte tu carretilla, van a quitarte tu cajita de caramelos”. Años antes en 1,980 habían demonizado a Armando Villanueva, y mucho antes vetaron a Haya de la Torre hablando del apro-comunismo. Son los mismos de siempre, el zorro cambian la piel, nunca las mañas.

                ¿Es Humala el cuco que nos pintan?  Es una incógnita. Pero lo atacan tanto que dan ganas de defenderlo. Un amigo me comentaba hace minutos: “No veo las horas de que llegue el domingo y votar por Humala y terminar con esto de una vez por todas”. Es verdad. La forma en que los medios de comunicación pretenden a fuerza de machacar la guerra sucia, obligar a la gente a votar por cualquiera, menos por el que ellos no quieren, es irritante y reafirman a la gente en su decisión. Es sospechoso e increíble que los corruptos, los ladrones, los faenones y los comunicores y los lobistas y los golpistas se hayan vuelto buenos y sólo haya un malo. La gente es más lista de lo que los medios creen, y no les creen.

                Y el problema es que en un ambiente así hasta la elección se torna difícil. En los 90 Luis Alberto Sánchez escribió un libro crítico del gobierno de García, pero no lo publicó por que García era un perseguido en ese momento, y yo soy, dijo Sánchez, un caballero. Es verdad, los caballeros no nos  sumamos al linchamiento mediático que algunos quieren hacer con Humala, ni como apaleadores ni como víctimas asustadas.  Otro amigo, al que le sobra la plata, me dijo, un balazo a Humala terminará con el problema. Calma. Pero es verdad, los dueños del Perú están hablando de política en las últimas horas como nunca antes. A las puertas de sus enormes edificios de Canaval y Moreyra y similares, sólo hablan de política y de parar la "amenaza". Pero la gente de Humala no es manca. Tranquilicémonos todos. No es el fin del mundo.

                Haríamos bien en empezar por hablar con la verdad. Y la verdad pasa por no irritar ni contradecir la voluntad mayoritaria de los peruanos. Recién estamos en la primera vuelta. Esperemos que si triunfa Ollanta Humala, el Perú sea como Brasil y no como Venezuela, y ni estoy seguro que Venezuela sea tan mala si lo dice la gran prensa peruana.

Pueblo Libre, 07 de abril del 2,011