miércoles, 15 de julio de 2015

Trabajo y Chamba para Todos en Perú

Los gerentes de personal y de recursos humanos de algunas empresas vienen diciendo desde hace buen tiempo, que hay escasez de ejecutivos calificados. También dicen desde sectores como la minería, que no hay personal técnico calificado. Menudo problema, digo, hay mucha gente buscando trabajo y estos dicen que no hay trabajadores. ¿Cuál es la verdad de la Milanesa? ¿O estamos todos locos?

El último sábado, volví a escuchar lo mismo en RPP, con el añadido de que el entrevistado afirma que hay en nuestro país alrededor de 4,000 colombianos cubriendo las plazas que los peruanos no alcanzamos a cubrir. Oséa, esto de que no hay trabajadores calificados, va en serio, no es verso.


Unos llegan otros se van: la búsqueda de trabajo en Perú
¿Y cómo así? Deberíamos hacernos esa pregunta y buscar soluciones en lugar de lanzar quejas o lamentos; que es lo que se está haciendo hasta ahora. Porque, digo yo, ¿no es acaso que hay “universidades de prestigio” en donde la “gente de buena presencia” va y se forma en las carreras ejecutivas que nuestros empresarios necesitan? ¿O eso sí es puro verso? ¿Y la Universidad de Lima, y la Del Pacífico, y La de Piura, y la UPC, y la PUC y otras?… ¿Qué? ¿No dijeron siempre que eran universidades empresariales donde se formaba la crema y nata de nuestro empresariado en las carreras que se necesita para gerenciar y manejar las empresas?

Trabajo Para Todos...Pero mal Pagado


Desenredemos la madeja. El hilo de Ariadna. Además de los cuatro o cinco mil colombianos, hay más de cuarenta mil españoles viviendo y trabajando en Perú. La explicación es simple. Los empresarios peruanos tienen el chip del cholo barato y no quieren pagar a los peruanos el sueldo necesario para vivir decentemente. En consecuencia, el trabajador peruano indignado con esa situación, decide irse al extranjero a buscar un trabajo acorde (o no) a su cualificación. Luego, el empresario peruano paga al trabajador extranjero el sueldo promedio internacional que no quiere pagar al peruano. Después dice lo que ya leímos, que no hay trabajadores calificados y tal y tal….

¿Cómo le quitas ese chip tan mediocre al empresariado peruano? Entendamos algo. El trabajador peruano muchas veces encuentra en el extranjero la valoración de su trabajo que no encuentra en el país. ¿Por qué se quedaría? ¿Por patriotismo? ¿A ser explotado y mirar cómo la fiesta la disfrutan otros mientras él agacha la cabeza? No se le puede pedir a la gente eso.

Con ésta situación el país pierde. Pierde porque sus profesionales formados en las universidades del estado con recursos de todos, emigran en busca del mejor sueldo. Pierde porque las familias se desintegran. Porque las empresas tienen periodos de baja productividad, de los que muchas veces nunca salen. Pierde el país porque esa fuga de talentos deja también al aparato estatal con personal menos cualificado. Las modernas teorías administrativas dicen que el principal activo de la empresa son sus recursos humanos. En nuestro país parece primar aún la teoría de los tiempos de Fujimori, según la cual “Nadie es imprescindible”. Prescindamos pues de todos, especialmente de los mejores.

Ese es el problema. El empresario peruano no quiere pagar al trabajador peruano lo que éste cuesta en el mercado internacional. El trabajador calificado emigra en busca de ese mejor salario que sí le pagan en otros países. El empresario peruano paga al trabajador extranjero el salario internacional que no quiso pagar al trabajador peruano. Círculo vicioso, país defectuoso.

La próxima vez que un empresario peruano (esos de la CONFIEP, sobre todo) se queje de que no encuentra personal ejecutivo o técnico calificado, hay que decirle que ese problema lo crea él, que no sea cínico, que no llore como mujer las decisiones que mal toma como hombre.

¿Cómo salir del problema? No le veo solución. Quizás la educación. Digo quizás porque se entiende que los empresarios peruanos han sido educados en los “mejores colegios de prestigio” y han salido como vemos: hasta las caiguas. Es que es muy difícil para ellos privarse de ciertos placeres como la fanfarronería, las ganas de presumir, la casa de playa, la amante, el viaje a “Niu yor” o Miami. Como decía Hildebrant, nuestra derecha no quiere hacer un país, quiere administrar un burdel.

San Isidro, 13 de julio del 2015


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