Los gerentes de personal y de
recursos humanos de algunas empresas vienen diciendo desde hace buen tiempo, que
hay escasez de ejecutivos calificados. También dicen desde sectores como la
minería, que no hay personal técnico calificado. Menudo problema, digo, hay
mucha gente buscando trabajo y estos dicen que no hay trabajadores. ¿Cuál es la
verdad de la Milanesa? ¿O estamos todos locos?
El último sábado, volví a
escuchar lo mismo en RPP, con el añadido de que el entrevistado afirma que hay
en nuestro país alrededor de 4,000 colombianos cubriendo las plazas que los peruanos no alcanzamos a cubrir. Oséa, esto de que no hay trabajadores
calificados, va en serio, no es verso.
¿Y cómo así? Deberíamos hacernos
esa pregunta y buscar soluciones en lugar de lanzar quejas o lamentos; que es
lo que se está haciendo hasta ahora. Porque, digo yo, ¿no es acaso que hay “universidades
de prestigio” en donde la “gente de buena presencia” va y se forma en las
carreras ejecutivas que nuestros empresarios necesitan? ¿O eso sí es puro
verso? ¿Y la Universidad de Lima, y la Del Pacífico, y La de Piura, y la UPC, y la PUC y
otras?… ¿Qué? ¿No dijeron siempre que eran universidades empresariales donde se
formaba la crema y nata de nuestro empresariado en las carreras que se necesita
para gerenciar y manejar las empresas?
Unos llegan otros se van: la búsqueda de trabajo en Perú |
Trabajo Para Todos...Pero mal Pagado
Desenredemos la madeja. El hilo
de Ariadna. Además de los cuatro o cinco mil colombianos, hay más de cuarenta
mil españoles viviendo y trabajando en Perú. La explicación es simple. Los
empresarios peruanos tienen el chip del cholo barato y no quieren pagar a los
peruanos el sueldo necesario para vivir decentemente. En consecuencia, el
trabajador peruano indignado con esa situación, decide irse al extranjero a
buscar un trabajo acorde (o no) a su cualificación. Luego, el empresario
peruano paga al trabajador extranjero el sueldo promedio internacional que no
quiere pagar al peruano. Después dice lo que ya leímos, que no hay trabajadores
calificados y tal y tal….
¿Cómo le quitas ese chip tan
mediocre al empresariado peruano? Entendamos algo. El trabajador peruano muchas
veces encuentra en el extranjero la valoración de su trabajo que no encuentra
en el país. ¿Por qué se quedaría? ¿Por patriotismo? ¿A ser explotado y mirar
cómo la fiesta la disfrutan otros mientras él agacha la cabeza? No se le puede
pedir a la gente eso.
Con ésta situación el país
pierde. Pierde porque sus profesionales formados en las universidades del
estado con recursos de todos, emigran en busca del mejor sueldo. Pierde porque
las familias se desintegran. Porque las empresas tienen periodos de baja
productividad, de los que muchas veces nunca salen. Pierde el país porque esa
fuga de talentos deja también al aparato estatal con personal menos cualificado.
Las modernas teorías administrativas dicen que el principal activo de la
empresa son sus recursos humanos. En nuestro país parece primar aún la teoría
de los tiempos de Fujimori, según la cual “Nadie es imprescindible”.
Prescindamos pues de todos, especialmente de los mejores.
Ese es el problema. El empresario
peruano no quiere pagar al trabajador peruano lo que éste cuesta en el mercado
internacional. El trabajador calificado emigra en busca de ese mejor salario
que sí le pagan en otros países. El empresario peruano paga al trabajador
extranjero el salario internacional que no quiso pagar al trabajador peruano.
Círculo vicioso, país defectuoso.
La próxima vez que un empresario
peruano (esos de la CONFIEP, sobre todo) se queje de que no encuentra personal ejecutivo o técnico calificado,
hay que decirle que ese problema lo crea él, que no sea cínico, que no llore
como mujer las decisiones que mal toma como hombre.
¿Cómo salir del problema? No le
veo solución. Quizás la educación. Digo quizás porque se entiende que los
empresarios peruanos han sido educados en los “mejores colegios de prestigio” y
han salido como vemos: hasta las caiguas. Es que es muy difícil para ellos
privarse de ciertos placeres como la fanfarronería, las ganas de presumir, la
casa de playa, la amante, el viaje a “Niu yor” o Miami. Como decía Hildebrant,
nuestra derecha no quiere hacer un país, quiere administrar un burdel.
San Isidro, 13 de julio del 2015
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