Defensores de los animales…Esos cruzados
de la defensa de los animalitos son un encanto. Hace algún tiempo la
emprendieron y lo volverán a hacer, contra las corridas de toros. “La tortura
no es cultura” decían. Un razonamiento sin fisuras, de esos que los marketeros
llaman “Ganar-Ganar”. Porque ¿“Quién va a estar a favor de la tortura”?
A mí, no sé, algo no se me acaba
de cocinar con respecto a ellos. Porque es mucha la parafernalia que hacen para
estar llevados por el amor a los animales. Su defensa de los toros y el deseo
manifiesto de que en el Perú las corridas sean abolidas, no dice nada respecto
de los miles de reses que son sacrificadas cada día en el país. Una visible
defensora de los animales y enemiga de las corridas, Juliana Oxenford, respondía a esto diciendo
“Es que yo no estoy en contra de la cadena alimenticia”… ¿Ah, sí? Importan los 24 toros sacrificados en Acho,
pero ¿no importan los miles sacrificados cada día en los camales del país? Por
último Juliana, no veas las corridas y punto.
Responden los defensores de
animales “Es que en las corridas se tortura a los animales”. Parecen no saber
que en los camales las reses son atontadas con un disparo de una pistola
eléctrica en la cabeza. Luego son izadas por las patas traseras como una cometa
y un matarife les corta el cuello. La sangre que cae del cuello es recogida en
baldes, mientras la res aún viva debe ver el espectáculo de su propia muerte.
Finalmente mueren desangradas y son cortadas en trozos. Y todo esto no les
parece tortura a los defensores de los animales.
Los que más me gustan son los
defensores de los perros. Sacan premio. Cada vez que algún perro ataca a una
persona, ellos arguyen “El culpable es el propietario”. Otro razonamiento sin
fisuras. Lo que no explica el terrible silencio que suelen guardar contra ese
propietario y contra ese animal en particular. Porque ¡Vamos! Yo me declaro
defensor de los humanos principalmente, pero si un humano hace cosas indebidas,
o mata, seré el primero en decirlo y pedir sanción para esa persona. Jamás el
silencio. Ni culpar a otro. A veces pienso que la relación de los defensores de
los animales con los humanos es lo que no han desarrollado satisfactoriamente.
Los animales son un refugio, una vía de escape que además prestigia.
Hace algunos días una señora anciana murió asesinada por quince perros en una chacra. La noticia se expuso en los
medios, en RPP y diarios. El silencio de los defensores de los animales es
terrible y los acusa. No se puede guardar silencio ante tanta muerte. Y sin
embargo lo guardan. Hacen mutis. Es más, la pegan de que ellos ni enterados. Es
la hipocresía de siempre. La doble moral. Si alguien patea a un perro es cruel,
si 15 perros asesinan a una anciana, ellos no se enteran. Me parto de la risa
ante estos hipócritas. Ni una tarjeta de condolencia, ni una palabra de pésame,
ni una condena al propietario de los animales, nada. Su defensa de los animales
se diluye, es pura pose.
De Defensores de Los animales a maltratadores de Humanos
No han tenido el mismo activismo
pidiendo sanciones contra los propietarios irresponsables que contra los
abusadores de animales. Ni han pedido medidas restrictivas o punitivas contra
los animales que atacan a los humanos. Porque…!Vamos¡ Un cachorrito puede ser
un ser muy lindo y tierno, pero cuando ese animal se convierte en un Pitbull
que te arranca un brazo, ya no es lindo; se convierte en un peligro ambulante,
cuyo dueño además, no suele ser bueno en razonamiento. Hay dueños que usan a
sus perros como armas para apartar a la gente. Sería correcto aplicar ello en
sus casas, pero no en las veredas o parques, que son de todos. Y estas personas,
los dueños, piensan que los que se acercan a sus perros son culpables, los han
provocado o sabe Dios qué cosa.
El problema es el fanatismo. Los
defensores de los animales son como las feministas. Sus posiciones ultras hacen
que la gente sensata tome distancia. Una cosa es defender a los animales, otra
cosa es animalizarse en defensa de estos y atacar a los humanos o hacerse de la
vista gorda. A menudo en las redes sociales cuelgan fotos de toreros ensartados
en los cuernos de algún toro y ellos lo celebran como victoria. Esa pérdida de
límites es lo irracional. Puede disgustarnos lo que hace un torero pero
celebrar sus heridas o su muerte es tan salvaje y cruel como el mismo torero al
que condenan. Defender a los perros está bien, hacerse de la vista gorda cuando
uno de ellos arranca la mejilla de alguien es enfermizo.
El Fanatismo Ciega
Cada vez que alguien nos venga
con la historia de que ama a los animales, primero hay que hacerle un test de
amor a los seres humanos. Hay mucho resentido y resentida que oculta sus
frustraciones y sus odios en un supuesto amor a los animales.
San Isidro, 01 de julio del 2015
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