A las seis de la tarde encuentro a Fernando Crespo después de buscarlo por casi dos horas. Es el responsable de una pequeña empresa local dedicada a la reforestación. Fernando es joven, es natural de Oxapampa de donde se vino a Codo hace algunos años en busca de oportunidades. Eran años –explica- en que Oxapampa no tenía el auge que hoy tiene. Es verdad. En los últimos años su ciudad natal se ha posicionado como la tierra del mejor café del mundo, el cultivo de la granadilla ha ganado terrenos literalmente y tienen un festival de ese fruto, así como un fuerte reconocimiento por su potencial ganadero. Además, la proximidad con Lima los ha beneficiado en el comercio.
Bosque deforestado |
Pero Fernando está en otro tema. Él calcula que anualmente sólo en la zona de Codo se deforestan casi 5,000 hectáreas de bosques primarios para convertirlos en follaje para el ganado. Y es que de la ganadería vive casi el 90% de la población de la zona. ¿Cómo ser la potencia ganadera que se es y no deforestar? La cuadratura del círculo. PLANTAR, la empresa de Fernando, es contratada por terceros, propietarios de tierras que se convencen de las ventajas de la reforestación. “Es muy difícil”, explica Fernando. “Reforestar da resultados a largo plazo. La ganadería es más inmediata”. La gente quiere resultados rápidos en su economía, sin embargo reforestar es un buen negocio. Los bosques reforestados después pueden dedicarse racionalmente a la explotación de la madera y cultivos agrícolas. De otro lado, para evitar la deforestación podría usarse los sistemas agroforestales, en los que se mantienen ciertas especies de árboles realizando un cultivo o ganadería asociados, con lo cual el campesino obtiene una renta de dos o más rubros, preservando el medio ambiente.
Bosque Reforestado |
Este año las cosas se pusieron más difíciles por las elecciones generales. “Había temor” reconoce Fernando. Los propietarios están recobrando la confianza poco a poco y volviendo a invertir. Se calcula que en Perú la deforestación alcanza 260,000 hectáreas por año. La reforestación llega tan sólo a 8,000 hectáreas anuales. Al año 2000 en Perú había casi 10 millones de hectáreas deforestas, de las cuales el 80% estaba en estado de abandono.
Cuando se lo pregunto, Fernando responde “con nosotros no hay intervención del estado, ni gobierno regional, ni gobierno local”. “Sería conveniente que existiera ese apoyo”. En el 2009 el gobierno anunció la reforestación en diversos departamentos peruanos con la siembra de 40 millones de árboles. Sin embargo el peligro es latente. Fernando ha trabajado siempre en reforestación. “Al ritmo que vamos, los bosques van a desaparecer”, advierte. Le pregunto si no es romántico querer reforestar lo que el sentido común y el economicismo aconseja deforestar; después de todo, la ganadería es tangible, hay prosperidad. “Es lo que me han dicho alguna vez” responde. “Pero esto más que romántico es una necesidad”. Es verdad. La desaparición de los bosques arrasa con la flora que los habita, pero también con la fauna. Además produce erosión del suelo, desestabilización de las capas freáticas provocando inundaciones o sequías, alteraciones climáticas, calentamiento global. No es poca cosa lo que se evita con la reforestación.
Plantones antes de la siembra |
La noche ha caído en Codo, me despido de Fernando. Me espera un amplio camino de tierra, solitario pero seguro, hasta el centro del pueblo. Me voy convencido una vez más de que los citadinos y principalmente las clases dirigentes harían bien en mirar mejor al interior del país. Habría que empezar a preguntarnos si esfuerzos como el de Fernando Crespo y otros habitantes de nuestras selvas comprometidos con la reforestación –entre otras actividades- no merecen ser apoyados más intensamente. En otros lugares del país se ha hecho, aquí puede hacerse. Como Fernando mencionó al final “es un tema de educación”. La reforestación genera puestos de trabajo, conserva el equilibrio natural, crea riqueza asegurando un mejor mundo para todos.
Vuelvo a convencerme de que mientras en la ciudad no nos cansamos de mirarnos al ombligo, en los lugares del Perú hay personas que se compran el pleito de crear el país del mañana. Al fondo del camino ya miro las primeras luces del pueblo como si fuera una metáfora.
Dia 2. Codo del Pozuzo, 25 de octubre del 2011
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