El antecedente de Alberto Fujimori en 1,995
En 1,995, Alberto Fujimori nos llevó a una guerra con Ecuador que venía postergando por meses. La cúpula militar fujimorista sabía de la
infiltración ecuatoriana desde mayo del 1,994 en territorio peruano. Fuji, en afanes reeleccionista, quería una victoria papaya, fácil y rápida que lo bañara en popularidad. Por eso la retrasó (la guerra) para hacerla coincidir con las elecciones. El resultado fue que perdimos por
masacre por primera vez una guerra con Ecuador; pero Alberto Fujimori fue
reelegido ante una oposición con candidatos que debieron cuadrarse atrás del dictador,
llevados a ello por los medios de prensa que los instaban a ponerse “detrás del
presidente en tiempos de guerra”.
Fujimori, solo y con plata
en la cancha de la exposición mediática, ganó tiempo electoral aunque perdió la
guerra militar. No hubo campaña electoral en enero y febrero y cuando ésta por fin empezó en marzo de ese
año, el uso apabullante de medios materiales y de los medios de comunicación
que proclamaban la falsa recuperación de Tiwinza, hicieron que Fujimori sea
reelegido. Un escenario similar es el que el fujimorismo se había planteado
para las elecciones del 2016 con Keiko Fujimori a la cabeza.
Hacer El Muertito Ya no es Suficiente
La campaña electoral actual
empezó en enero de éste año y durante ese mes y febrero, Keiko ha estado sola
en la cancha con una presunta aprobación superior al 30%, sin chocar con nadie
y sin nadie que la choque: la estrategia del muertito; pero las cosas han empezado a cambiar. El escándalo
de los plagios de César Acuña nos entretuvo como cancha en el mes de enero y la
exclusión de Julio Guzmán lo hizo en febrero. Pero los coletazos de ambos episodios
han terminado y ahora Keiko tiene que enfrentar al electorado que empieza a
hacer preguntas y que le exigirá alguna credencial más allá de ser la hija del
dictador encarcelado.
En ese contexto la marcha del
viernes 11 de este mes no la favorece.
Los asistentes han sido varios miles y a diferencia de lo que hace Keiko y
otros partidos, los convocantes no pagan un centavo a los asistentes. Estos van
movidos por su convicción, por su fe en sus ideas, por su rechazo a un modelo
que identifican como corrupto y violador de los derechos humanos, además de
dictatorial.
Las Hijas de las Campesinas Que Olvidaron Esterilizar
De los grupos que marcharon el
viernes 11 de marzo, destacan nítidamente las jóvenes que rabiosamente se
trenzaron formando una cadena humana que avanzaba por la calles gritandole a Keiko “Somos
las hijas de las campesinas que no pudiste esterilizar”. La convicción, la
fuerza de sus gritos, su fe, son dignas de admiración. Esa consigna que ellas
aportan a la campaña gratuitamente, vale en dinero todo lo que Acuña haya
podido pagar a Favre. Es una consigna que actualiza los crímenes de
Alberto Fujimori, pero además los denuncia desde los labios de unas jóvenes que, vestidas como Katy Perry (la ídola del Pop), no están dispuestas de mujer a mujer a perdonar a la hija del dictador
su silencio de aquella época, y menos a votar por ella.
"Somos las Hijas de Las Campesinas que No Pudiste Esterilizar" |
Pero no fueron sólo esas desinhibidas
jóvenes, sino muchos colectivos y grupos y personas anónimas que haciendo gala
de mucha creatividad han puesto en jaque a la hija de Fujimori, que al parecer
acusó el golpe cuando culpó al gobierno por ésta protesta. Obviamente Keiko está más perdida que cuy en tómbola
si cree que el gobierno puede organizar esas marchas. No se lo vamos a decir. Cuando
el enemigo está desorientado, hazte el loco.
La campaña electoral peruana se
ha puesto bonita y son otra vez los jóvenes los que van a tener un rol importantísimo
en elegir a quienes gobernarán a partir julio del 2016.
San Isidro, 15 de marzo del 2016
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