A los ojos de quien usa esta idea
(o es usado por ella), es inimaginable un cusqueño en el Cusco como ingeniero
de sistemas, o como ingeniero industrial. En Lima en cambio, sería posible. Un
puneño en Puno es visto como un comerciante de mercado, obsesionado, gordo y
torpe. ¿Por qué torpe? No lo sé, es el arquetipo, otra idea. De vivir en Lima
en cambio, no sorprendería verlo como fabricante de software, un genio. Hay
roles que no aceptamos para la gente en
su lugar de origen y roles que les aceptamos fuera. El problema no son ellos, el
problema es la idea. La idea es el centralismo de las capacidades: Si no estás
en Lima, estás en nada.
"Destino Natural" del provinciano en Lima según la idea |
Por ejemplo, el ministerio de la producción tiene un excelente programa de capacitación de exportadores que se
desarrolla en sus ambientes limeños del distrito de San Isidro. ¿Quién asiste a
dichos programas? Los limeños. ¿Producen algo los limeños? Nada, absolutamente.
Los limeños se convierten así en los privilegiados con acceso a formación,
capacitación, información. Son recursos que no llegan a las provincias en donde
sí están los productores. ¿Por qué este programa no va a provincias? ¿Por qué
en cada capital departamental no se hace este programa? Porque se entiende, se
piensa, que los provincianos no tienen la capacidad de llevar adelante un plan
exportador. En Lima te explican “El campesino sólo sabe sembrar, no le importa
exportar, no es su negocio”.
La estructura educativa replica
este patrón: “Los provincianos no saben,
no pueden, no necesitan”. Todo va para Lima y se queda allí. De este modo,
la infraestructura, la academia, los profesionales, son concentrados en la
capital. Pero capacidad y talento en las provincias hay de sobra. Sí, pero
luego esos talentos languidecen, se cansan, se frustran y en el mejor de los
casos se van al extranjero.
¿Y si la idea fuera otra? Digo,
si la idea fuera que se puede hacer tecnología, ciencia, ingeniería, en Cusco,
en Puno, en la selva, en Chimbote, en Ica, etc. Y que además, la existencia de
los niños de esas zonas no está condenada a vender choclos en Wilson o 28 de
julio, sino que su destino puede ser otro, el que ellos elijan, exactamente
como los niños limeños. ¿Entonces qué
pasaría? Nada, sería mejor para todos. Ah que no, que quizás Lima no
concentraría la riqueza. Bueno, problema de ellos. Entonces para romper el
círculo y la idea nefasta que nos lastra habría que asignar recursos, llevar
esos programas de capacitación del estado a provincias, invertir más en educación
en todo el Perú. Llegar a creer, a aceptar, que la gente del interior no es
“Bruta”, ni “pobretona” porque lo desea o por flojera, sino porque el
centralismo de las capacidades ha dejado fuera de la asignación de recursos a
la gente, pero que capacidad tienen.
Lima concentra la riqueza "naturalmente" según la idea imperante |
Por eso la idea es nefasta. Está convertida en
un lastre que nos ha acompañado por varios siglos y recién ahora la tecnología
empieza a ayudar a disolverlo. De eso hablaremos en el siguiente post…Tecnología contra el Centralismo Peruano:
una opción, o varias, si se quiere.
Pueblo Libre, 04 de julio del
2014
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