Estoy aturdido. He descubierto
profesores que dan conferencias en lugar de clases y además son mariateguistas.
Me explico. Estoy inscrito en unos cursos de negocios que me han sido
recomendados ampliamente. Como hay que saber de todo un poco, pues héme aquí.
Según el sílabo se enseñarán 6 temas. Pero el profesor, tipo alto y
elegantemente vestido, llega, arma su laptop sobre el pupitre y empieza ¿A
enseñar? ¡No! ¡A conferenciar! ¿Por qué digo conferenciar? Porque no enseña, en
realidad menciona algunas cosas, luego muestra la página web de un banco -maravillas
de la tecnología de hoy- para decirnos “Miren, estas de acá son las tasas
pasivas, y éstas, las activas” “¿Eso es todo profesor?” “¿Qué, quieren más?”
PPT: apoyo en clase o (contra)sustituto del profesor |
Llegar al aula, cargar una
presentación en PPT (Power Point), hablar algunas cosas muy superficiales
acerca del tema a enseñar, hacer bromas, contar una historia sin venir a cuento,
decir obviedades del tipo “la política influye en la economía” es hacer una
clase hoy en día. El PPT, ese paquete de software de Microsoft se ha convertido
en aliado de profesores que no preparan clase. Pero es efectivo, da una imagen
de modernidad al expositor, lo vuelve práctico, actualizado, irrefutable. Hay
que decirlo, hay instituciones que obligan a sus docentes a presentar sus
clases en PPT. Hay alumnos que si no ven el dichoso PPT sienten que les están
enseñando “a la antigua”. Es como el Síndrome de Estocolmo, te enamoras de lo
que te daña; lo exiges, es como una novia tecnológica.
Aclaremos algunas cosas. El
software en sí no es malo, es malo el uso que se le da. Lo mismo puede servir
para mostrar instantáneamente un gráfico de difícil realización con algún método antiguo, como
para hacernos pensar cuando se le da un buen uso. Pero también puede ser la pérdida de
tiempo más soberana del mundo. Y es cara. Eso es todo.
Jamás he visto una presentación en
PPT en la que alguien salga aprendiendo algo. Generalmente una presentación
consta de 15 o más diapositivas en donde al visualizar la última ya no se
recuerda para nada la primera y subsecuentes. Y anula el diálogo, o el
cuestionamiento. Alguna vez han visto a alguien decir “disculpe profesor, yo creo
que lo que se dice en la diapositiva 3 no es correcto” ó han visto a alguien
decir “Profesor, detenga la exposición, no entiendo lo que se menciona en la
diapositiva mostrada, explique, por favor”. ¡Jamás! El PPT es un arma infalible
para introvertir a los estudiantes. Convierte al maestro o expositor en un
personaje infalible, alguien que está más allá de nuestra altura, una persona a
la que no podemos interrumpir; como si ocurre con los métodos tradicionales. En
ese sentido (y la superficialidad) es que los docentes, o expositores, o
facilitadores, vienen a conferenciar.
Entonces, ¿cual es el punto? El
PPT no sólo no es un software educativo, es más bien un software anti educativo
ya que no propicia el aprendizaje, ni siquiera la retención de conceptos, pues
las víctimas deben elegir entre las figuras que observan como un espectáculo en
salas cuasi cinematográficas (luces apagadas, gran pantalla multimedia) y la
voz del expositor que explica o trata de no explicar algo. Resultado: el “alumno”
pierde las imágenes y pierde la explicación. Sale de la sala con las manos
vacías en todo sentido: ni plata ni conocimientos.
Lo malo de esto que vivimos hace
ya varios años, no es sólo, como en mi caso, la sensación de estafa, pues soy
consciente de lo que está ocurriendo, sino el daño que se hace a la educación
de los niños y jóvenes. Cuantos niños y
jóvenes estarán siendo castrados por el uso abusivo para fines educativos, de un
software de espectáculos, y qué daños puede estar ocasionando en su educación.
Cuánto talento se puede perder por esta moda que parece haber llegado para
quedarse.
Franck Frommer, periodista
francés, ha escrito un libro de nombre “El
Power Point nos hace estúpidos”. Frommer menciona como problema la eventual
incorporación de imágenes que nada tienen que ver con lo expuesto, y los
efectos nocivos del uso del PPT en la educación.
Finalmente ¿Por qué digo que
estos profesores son mariateguistas? Porque luego de pasar 18 horas mirando
diapositivas y no escuchando conceptos sólidos ni logrando un aprendizaje
significativo; he debido salir, 6 clases después, a aprender por mi cuenta,
como autodidacta, al estilo Mariátegui; aquello por lo que pagué para que me
enseñaran con el bendito PPT: GO HOME.
Pueblo Libre, 14 de octubre del
2012
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