Hemos visto ya en el post anterior que el método
“Chapa tu choro y déjalo paralítico” puede ser peor que la enfermedad. Ahora
bien, cabe una pregunta importante que no se ha hecho ¿Cuál es el efecto de
ésta campaña en los niños? No es una campaña de valores y solidaridad. No.
Tampoco de cultura y amor. Vamos, es una campaña de miedo y odio. Miedo al
ladrón, a perder las cosas materiales ganadas con esfuerzo, miedo a ser heridos
o muertos por algún delincuente (esto está muy claro). Y odio a ese ladrón
visto como el ser que te produce el miedo anteriormente descrito.
¿Y los niños qué?
¿Pero y los niños? ¿Las imagenes que acompañan la campaña son educativas y crean niños sanos y felices? ¿O crean niños inseguros, con miedo a ser robados o muertos y enterándose prematuramente de cosas que deberían conocer cuando sus psiquis estén más preparadas? Deberían
esperar, es claro. Las imágenes de apaleamientos y sangre no son buenas para
los niños. Los trauman, los paralizan, les joden la vida, eso es. Pero también
los llenan de odio. Los niños no observan imágenes silenciosamente. Hacen
preguntas ¿Papi, por qué le pegan a ese señor?. La respuesta más conciliadora
suele ser “Porque es un ladrón y los ladrones son gente mala”. Y es cierto…Pero
eso es sembrar odio en mentes infantiles, en niños que deberían estar jugando y
estudiando para ser mejores; no aprendiendo a odiar y a vengarse. ¿Qué pasará cuando los niños
vean pasar una turba que captura a alguien y le rompe las piernas o les quita
la vida? Traumas en su cabeza, más odio, más miedo, más inseguridad y deseos de
venganza. Es decir, una población traumada por una violencia que no debió
vivir.
¿Cómo salir del problema?
Entonces… ¿Qué hacer?
Paciencia, inteligencia y acción. El problema es complejo, involucra a la
policía que captura, al poder judicial que juzga, a la fiscalía que acusa, al
sistema penitenciario que encierra, al parlamento que da leyes. Y la corrupción
que lo penetra todo. A Capone, Eliot Ness lo derrotó con inteligencia, no con
palos ni a fierrazos por las piernas. A Guzmán, Ketín Vidal no le tocó ni un
pelo, pero lo sacó de circulación para siempre. Ni Ness ni Vidal eran corruptos
¿Qué puede hacer la gente entonces? Activarse.
¿Cómo activarse? ¿Qué es
eso? La ciudadanía no es embutirse en Mistura, aunque lo diga Gastón, entiéndase.
La ciudadanía se ejerce o no. Ejerces cuando te involucras con un problema y
buscas soluciones dentro de la ley. Lo que nos queda como ciudadanos es exigir
a todos los sectores mencionados arriba, que hagan su parte. Es luchar en las
calles contra la corrupción, es no votar (y esto es muy importante) por
corruptos ni por ladrones. Es echarse a
andar las calles diciendo nuestra verdad, como se hace en Europa, cuando las
cosas están mal. Siempre he dicho ¿Para cuándo un millón de limeños saliendo a
las calles a exigir seguridad? ¿Cuándo los arequipeños y los trujillanos
desfilarán en sus calles exigiendo seguridad por cientos de miles? ¿Cuándo los
piuranos, lambayecanos y ancashinos? Si no lo hacemos, entonces no entendemos
el problema, tenemos lo que merecemos.
Roba pero hace obra: la condena del karma
Fujimorismo detrás de la campaña del miedo y el odio |
Finalmente comprender lo
siguiente: si votas por corruptos y ladrones, te echas encima un karma de padre
y señor mío. Lima votó por un señor que “Roba pero hace obra”. Creer que
decisiones de ese tipo no tienen consecuencias es no entender nada. La condena
del karma es brutal. Si hablas de ser un campeón, te haces campeón; al votar
por el que roba pero hace obra, llevas el delito hacia tu vida. Lo mismo que en
Lima, pasa con los trujillanos y su presidente regional que prometía “plata como
cancha a sus incondicionales” para cuando él llegara al poder. Nos pasará con
todos los candidatos presidenciales cuestionados que tenemos hoy perfilándose
hacia el 2016. Como se ve, necesitamos más inteligencia antes que dejarnos
llevar por la pasión y la ira de un minuto.
En lugar de chapar a tu
choro para dejarlo paralítico, chapa a tu hijo y edúcalo con el ejemplo del
buen hacer. Ponlo en el camino del deporte, la lectura, el estudio y no
necesitarás quebrar las piernas a nadie. El camino es complejo, arduo,
trabajoso, pero lo bueno cuesta. No hay de otra. Y ojito, no hemos dicha ni media palabra aún de las causas de la delincuencia.
San
Isidro, 03 de setiembre del 2015
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