viernes, 27 de marzo de 2015

Vivimos Demasiado

Hace dos años el ministro de economía de Japón, Taro Aso, uno de los políticos nipones más ricos, dijo a los ancianos japoneses que “se den prisa y se mueran”, para aliviar los gastos del estado en atención médica. La cosa no pasaría de anécdota si no fuera porque en Japón el 25% de las personas son mayores de 60 años. La cosa no quedó allí, el ministro llamó a los ancianos que no pueden alimentarse con sus propias manos “gente de tubo”.  Además el caballero explicó lo siguiente: “Yo me despertaría sintiéndome mal si sé que el tratamiento está pagado por el Gobierno".
Taro Aso: "Muéranse rápido"
Digo, ¿dónde se fue el sentimiento de humanidad? ¿El respeto a los ancianos o seres humanos en general? ¿Es que lo único que importa son las cuentas en azul? Por último, cuál es la solución para políticos como este japonés frente al envejecimiento de la población. ¿Matar a los viejos?

El FMI También


En el 2012 un documento del FMI ya había puesto el dedo en la llaga. La directora del organismo, Christine Lagarde, había dicho “hay un problema porque ahora la gente vive mucho”. El FMI en documentos internos proponía retrasar la edad de jubilación ante "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado". Según el FMI “vivir más es bueno, pero conlleva un riesgo financiero”. Ante eso proponía soluciones de mercado, como recortar las prestaciones sociales y retrasar la edad de jubilación.
Lagarde: "Hay riesgo de que la gente viva más de lo esperado"
Dos cosas me parece observar aquí. Por un lado que el FMI, como es de anticipar, sólo ve un problema financiero y ante ello responde como cualquier avariento aferrándose a sus monedas. Le parece que vivir demasiado es un riesgo que amenaza sus ganancias y no lo va a permitir. Para ello despliega soluciones de mercado, dar menos y quitar más. Menos prestaciones a cambio de más años de trabajo de la gente.

Cuando la Solución no soluciona nada


Por otro lado, lo que no se observa es un planteamiento integral del problema. El mismo Japón de Taro aso, dentro de 50 años tendrá al 40% de la población total viviendo con más de 60 años. La solución del FMI para ese problema es que trabajen más y reciban menos, pero lo cierto es que si bien la esperanza de vida se ha incrementado, no se llega a edades avanzadas con la fuerza de la juventud. ¿Quién trabajará entonces si el 40% de la población está compuesta de ancianos? ¿Se producirán entonces alimentos para todos? Si la tendencia en los países desarrollados es tener uno o ningún hijos  ¿Quién trabajará y producirá alimentos para todos? Por último, ¿Es que se cree que es tan fácil decir “Muéranse rápido” y se acaba el problema?

La solución desde la perspectiva del capitalismo salvaje que vivimos es matar a los improductivos. Es una solución profundamente inmoral puesto que sólo privilegia resultados económicos y desampara el derecho a la vida, consagrado en la carta de las naciones unidas, y aunque en estos días suena cursi, hay que decirlo, el humanismo nos impide optar esa solución de mercado.

Es un tema harto complejo. El envejecimiento de la población del planeta es real y trae problemas prácticos como ¿Quién trabajará? Pero también trae problemas morales ¿matar a los viejos? ¿Cuándo se es viejo, desde los cuantos años?

A veces parece que los funcionarios del orden mundial imperante sólo ven cuentas de bancos y olvidan que fueron elegidos para gobernar naciones para bien de todos.  

Pueblo Libre, 22 de marzo del 2015


No hay comentarios:

Publicar un comentario