La mesa directiva del congreso peruano ha decidido llevar de viaje a los 130 parlamentarios con todas sus chivas. Para ello ha debido enfrentar las críticas encarnizadas de sectores que se descolocan frente a lo nuevo, o simplemente presienten que la medida los dejará sin piso. Al margen de eso, el hecho es inédito. En 190 años de vida republicana el parlamento peruano jamás había viajado fuera de Lima, a no ser por una temporadita en Chorrillos durante la guerra con Chile. El parlamento ha vivido contento con vegetar en la capital peruana, ajeno a los problemas de los pueblos, de espaldas a la realidad en que vive una mayoría de peruanos, haciéndose obedecer y homenajear como mandones.
Daniel Abugattas presidente del Congreso: impulsó el viaje |
En el sentido crítico contra la medida ha destacado la prensa limeña. Nombres conocidos como los de Mariella Balbi, Patricia del Rio, Aldo Miyashiro, han brillado por oponerse al viaje descarnada o solapadamente. Argumentos demagógicos del tipo “mejor hay que donar el dinero a Ica” arreciaron. Tampoco faltaron razonamientos tecnológicos: “que hagan una teleconferencia”. Por supuesto, la primera barricada usada para impedir la cabalgata parlamentaria fue decir “Para eso Ica tiene sus representantes”. Es claro que la prensa limeña aún quiere dictar la agenda parlamentaria, como creyó hace poco que podía imponer una presidente (Keyko) al país. No les cabe que hace rato dejaron de sintonizar con las mayorías y que éstas no se dejan mangonear. Es el mismo periodismo cuyos medios citan a ciertos parlamentarios a sus programas cómicos para convertirlos en bufones y blanco de sus burlas, el que ahora levanta la voz para oponerse al viaje.
En la tribuna parlamentaria ha habido destacados opositores. El primero ha sido “Techito” Bruce. Recordado como el eficiente ministro de vivienda de Toledo y opositor firme del fujimorismo, ahora luce convertido en un petardista contra cualquier iniciativa buena que se cruce en el camino. Techito es de los primeros asistentes a programas cómicos. Mauricio Mulder ha dicho que va, pero que no va. El brillante polemista del APRA ha explicado que él no fue elegido por Ica. Algunos le han respondido que entonces no se atreva a votar en temas ajenos a su jurisdicción; consecuencia, que le llaman. También se ha opuesto Vitocho García Belaunde. Le parece buena la idea, pero mala. En fin, Vitocho se entiende. Jorge del Castillo, el ex parlamentario aprista que no recibía inversionistas en su oficina, sino que los visitaba en sus hoteles, ha dicho que el viaje es un circo. Otra vez, los parlamentarios citados son todos limeños. Alguien dijo hace muchos años que Lima estaba más cerca de Miami que del Perú; parece más cierto que los limeños están lejos del Perú y cerca de Miami. Vargas Llosa firmó la celebre frase “¿En qué momento se jodió el Perú? La respuesta parece obvia: se jodió cuando establecimos a Lima, una ciudad que vive de espaldas al país, como centro de la toma de las decisiones más importantes.
Mauricio Mulder se opuso al viaje |
Porque si hubiera que responder a cada argumento empezaremos por decir que donaciones a Ica no faltaron por el terremoto, sino que sobró corrupción que el periodismo no denunció. Y faltó gerencia de la reconstrucción. En cuanto al uso de tecnologías tipo teleconferencia, estas no reemplazan el contacto con la gente jamás, de allí la expectativa y hasta alegría que la población de Ica ha expresado. En Tibillo, los parlamentarios han sido recibidos con clima tropical y calles embanderadas. Es la sencillez de gente humilde que sólo quiere un poco de atención. El argumento de que Ica tiene representantes, soslaya que en el parlamento se forman camarillas y argollas de parlamentarios limeños (¿alguien recuerda parlamentarios de provincias en los medios?) que mangonean comisiones, agendas e intereses, soslayando a parlamentarios de otras regiones. Eso deviene en un divorcio de la población que ve al parlamento como algo ajeno.
Quizás el argumento más cínico de algunos periodistas y parlamentarios ha sido el de decir: “Que no vayan a Ica, porque la gente va a querer que les resuelvan sus problemas”. Parece una broma, pero es el argumento más sólido que han esgrimido algunos. Según ese pensamiento está bien que todo este mal, mientras no se escuche a la gente. Es fácil entender ahora cómo cierto periodismo no se enteró de lo de Bagua hasta el día 55; y cómo ciertos parlamentarios hasta ese día quisieron burlarse de los nativos, meciéndolos sin solucionar nada. Si no se escucha a las regiones y provincias éstas sólo tienen el camino de la toma de carreteras. ¿Qué es mejor? ¿Escuchar o no escuchar?
Estoy seguro de que esta semana la prensa limeña y ciertos parlamentarios coincidirán en Mistura. Allí comerán hasta reventar, hablarán maravillas de lo bien que andamos y comemos y saturarán sus televisiones, diarios y radios, con notas sobre el evento gastronómico. Es la poca madre (como dirían los mejicanos) de algunos que pretenden dar lecciones y dictar la agenda del país. Felizmente el Perú está cambiando y esto viene desde abajo. El presidente del parlamento ha tomado una decisión difícil pero necesaria. En la cercanía que establezca con la gente y en la medida que los viajes se plasmen en medidas concretas, el objetivo llevar el parlamento a los pueblos estará cumplido. Si las encuestas que las televisiones limeñas hacen para desacreditar al parlamento viajero se hicieran en provincias, otro gallo cantaría.
Me quedo con la frase de la pobladora Vilma Castro Visconte “Muchas veces los gritos de los pobladores no significan una falta de respeto a los legisladores ni autoridades, sino una muestra del corazón dolido de los más pobres a quienes nunca se nos ha escuchado ni cumplido con las promesas hechas”.
Pueblo Libre, 7 de setiembre del 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario