sábado, 16 de febrero de 2013

De los Pobres gordos a los Gordos Pobres I



Si mañana se descubriera un virus que amenazara con exterminar un tercio de la humanidad en 30 años, seguramente nos preocuparíamos. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud indican esa dirección. También vaticinaba la OMS en el 2010, cuando había 1,000 millones de obesos en el mundo, que hacia el 2015 habría 1,500 millones de obesos. Quizás la obesidad no mate a la gente visiblemente, pero la OMS informa que la obesidad mata cada año a 2,6 millones de personas. Sin mencionar que la calidad de vida de los que sobreviven, se verá mermada sensiblemente con las enfermedades que sufrirán. La cosa va desde artrosis y males cardiacos que inician a edades cada vez más temprana, hasta enfermedades “menos graves” como la diabetes 2, que disminuyen el rendimiento de la gente en el trabajo y prácticamente de todas sus actividades. 

Verdadero Boom gastronómico

En EEUU la gordura entre los años 2010 y 2011 atacaba al 30% de su población. No hay indicios de que esto disminuya pues esta tasa de gordura se mantiene estable desde hace 10 años. En Francia hoy existen casi 7 millones de obesos, cantidad que duplica la existente hace 15 años. En Dinamarca se ha creado un impuesto de 20% a los insumos con que se prepara las comidas grasosas. En México recientemente se ha prohibido la venta de comida chatarra en los kioskos de los colegios. Este país tiene el primer lugar de obesidad infantil en el mundo. El Perú, ocupa el octavo lugar de obesidad infantil en el mundo, con un 18% de población infantil obesa. Una investigación edil en el distrito limeño de Miraflores reveló que un 37% de los estudiantes sufre obesidad. El costo de enfrentar la aparición de enfermedades en la población adulta e infantil, será cuantioso para los países. 


No hay ropa que resista tanto

Un dato curioso de las estadísticas indica que la obesidad y gordura, que antiguamente se atribuía a países desarrollados, hoy está presente en los países en vías de desarrollo con el mismo destructor impacto en la salud de las personas. Del gordo de la patota, que generalmente era un individuo, hoy hemos pasado a los varios gordos orgullosos por patota, que ostentan la gordura como robustez saludable, por lo menos en tanto esta no dificulta visiblemente sus movimientos. Cuando llega la lentitud suele ser demasiado tarde para actuar. Pero lo paradójico es la gordura de los pobres. ¿Cómo se puede ser gordo siendo pobre? Hay varias explicaciones. Malos hábitos alimenticios inducidos por la propaganda comercial. Poblaciones que salen de la pobreza asiendo suyos estilos de vida que suponen “de clase alta”. Sedentarismo propiciado por chucherías electrónicas tipo PC, TV, Smartphones y situaciones de inseguridad ciudadana.


La doctora Patricia Aguirre, argentina, antropóloga, autora del libro Ricos Flacos y Pobres Gordos, lo explica así: “La madres de hoy no saben alimentar a los niños, es la publicidad la que impone los gustos alimenticios de los infantes de hoy. Cedemos el control de lo que comemos a un sistema experto (publicidad), un sello”. Considerando las aglomeraciones que se observa en fines de semana y días festivos en los restaurantes de comida rápida, la doctora Aguirre está acertada. La doctora continúa diciendo “Hoy hay gordos de escasez, no de abundancia. Madre pobre y gorda, es anémica. Comer adecuadamente es caro. En la pobreza se valoriza la sensación de saciedad”. Es verdad, una dieta saludable de frutas y verduras es incompatible con los hábitos alimenticios de los pobres, que deben luchar más que otras clases sociales con el miedo ancestral del hombre a no poder saciar el hambre. 



La próxima vez que llevemos a los niños a comer a la calle, preguntémonos si no los estaremos envenenando de chatarra y poniéndolos en manos de las enfermedades junto a los 42 millones de niños menores de 5 años con obesidad, que la OMS denunciaba hacia el 2010. Y nosotros, ¿estamos dentro de los 1,000 millones de gordos? Sólo usted lo sabe.


Pueblo Libre, 2 de febrero del 2013

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