La fase de grupos del mundial
Brasil 2014 ha llegado a su fin y nos ha dejado algunas sorpresas. Por un lado,
la despedida sin pena ni gloria de los arrogantes españoles, de la mano de sus
socios ingleses e italianos; también el advenimiento a los mejores lugares del
fútbol de selecciones como la de Costa Rica, Chile o Colombia, la defección de
Argentina y Portugal, eliminada ésta última, pero sobre todo hemos visto la
primera vuelta más apasionante de este deporte que se haya visto en las últimas
décadas, sino de toda la historia.
El Tiki Taka por los suelos |
Por que digo, qué bárbaro, que
manera de jugar y entregarse a un partido sin pedir ni dar tregua. No se busca
sólo un triunfo, o “competir”, aquella tonta monserga tan nuestra de muchos
años, no, se busca ganar y si es por aplastamiento y dando espectáculo, mejor
que mejor. Es el ejemplo de Colombia que hace un partido maravilloso contra
Japón y lo aplasta lentamente con un fútbol efectivo y elegante. Es también el
ejemplo de Holanda que subyuga y exclaviza a una España que había vendido la
piel sin cazar al oso, y a la que Holanda destruye hasta traumarla, hasta
dejarla hinchada de evocaciones a un pasado que nadie recuerda ni quiere.
Eso es lo más valioso. Esta etapa
de grupos ha visto licuarse aquella cosa llamada Tiki-Taka de la que España se
cree inventora y única beneficiaria. Allá ellos. El Mundial de Brasil 2014 ha
visto equipos que practican un fútbol dinámico, de coraje, de entrega, pero
sobre de estrategia. A tal plan, tal respuesta. Que eso es el deporte. A la
elegancia cansada de un Iniesta, Holanda antepone la velocidad de un Robben. A la
precisión de Xabi Alonso, Holanda opone la puntería de un Van Persie. Eso es el
fútbol, posibilidades, salidas, estrategias de juego donde el aparentemente
débil, puede derrotar al aparentemente fuerte. Eso es el fútbol, eso es el deporte,
eso es también la vida.
Los contragolpes a velocidades supersónicas
acompañadas de pases precisos y triangulaciones perfectas han sido lo más
hermoso hasta ahora. Ver la corrida de Robben para dejar como un poste a Sergio
Ramos y dejar regado en el grass a Casillas es una anténtica gozada. La veloz escapada
de Cristiano Ronaldo por la derecha para sacar un centro preciso que añade al
arco Varela, todo esto a velocidades increíbles y hacerlo en el minuto último,
da a este juego un carácter de pasión, de posibilidad, de alternativas, de
sorpresa, de arte, que ya quisieran otras muchas disciplinas deportivas.
Con esta etapa de grupos ha
terminado pues toda esta pesadilla marketinera del tiki taka en la que se
involucraron empresas, algún club, televisoras, diarios y otros, para
convencernos de que el fútbol no era lo que por años habíamos practicado, sino
una cosa, un deporte sin alternativas ni salidas, un páramo o emboscada por
donde debíamos transitar con cabezas
inclinadas para ser cortadas por el hacha de nadie. Eso se ha terminado en
buena hora ¡Que viva el fútbol de verdad! ¡La imaginación al poder!
Porque en este mundial lo que se
ve es un fútbol dinámico, un fútbol relámpago, fútbol de ataques veloces y
fulminantes donde ambos adversarios juegan a ganar y ambos entienden el fútbol
como un relámpago maravilloso donde la velocidad no es pieza rechazable, sino
arma de triunfo y señal de evolución. Lo que ha quedado atrás es el fútbol
somnoliento que nos proponía España. Ese fútbol rácano, miserable, mezquino,
que los hizo campeones apenas ganando por un gol de diferencia o empatando partidos,
ese fútbol ha quedado desenmascarado como inútil y dejado de lado. ¿O alguien
cree que España volverá a ganar algo importante practicando el Tiki Taka?
Pueblo Libre, 28 de junio del
2014
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