A juzgar por la cantidad de
personas que me han confesado que este será su año, podrá faltar el pan; lo que
no nos va a faltar es optimismo. ¿Están tan bien las cosas? ¿O es efecto de la cantata de los medios? Para
comenzar, en este 2013 Lima deberá enfrentar por vez primera la posibilidad de
revocar a su alcalde. Una ciudad en la que según las encuestas, un 44% de la
gente desea autoridades que “roben pero que hagan obra”, debe enfrentarse a sí
misma. Más que Susana Villarán que parece haber hecho de la honestidad su
sello, será la Lima frívola y permisiva la que este en el banquillo de los
acusados. ¿Cómo saldrá de tremendo exámen? Si como parece ser hasta ahora, Lima revoca a su
alcaldesa, las pérdidas serán considerables. No sólo los 200 millones que
costará todo el proceso, sino también, la imagen destruida de una ciudad que
engulle a sus mejores hijos minetras premia a gente como Castañeda "Comunicore" ¿Quién entiende una ciudad asi?. ¿El pecado de Villarán? Enfrentar a las mafias y a la
corrupción. Nada menos.
Conflicto Marítimo: será un año crucial |
Por otro lado, este año el Perú
enfrentará el fallo del conflicto que lo enfrenta a Chile en la Haya. Toda la
perorata de los medios no tendrá la menor influencia en los jueces. El
periodismo capitalino parece no entender nunca cual es su verdadero alcance.
Han jugado al patriotismo más populachero que se recuerde. ¿Son los argumentos
peruanos tan sólidos como parecen? ¿Es que los chilenos son tan estólidos que
no pueden diferenciar entre un tratado de limites y un acuerdo de pesca? César
Hildebrant y Alvaro Vargas Llosa han alzado una voz de alerta y como no podía ser,
este último ha sido llamado “agente chileno”. Es el precio de disentir, de
pensar diferente, de romper el coro monocorde que a los directores de la prensa
capitalina gusta tanto. Es eso último lo más preocupante. Si la prensa limeña
dice que ganamos, hay que prepararnos para momentos duros, es lo mejor, lo
sabio. No podemos esperar a que esta prensa que ha ganado mil partidos antes de
jugarlos, nos esté diciendo la verdad. Ni siquiera nuestros diplomáticos no
están diciendo la verdad. Aquí cabe la prudencia. Esto no es un partido de fútbol,
Chile tiene sus propios argumentos que hacen contrapeso a los nuestros. Jugar
como hace nuestro periodismo a aquello de “tenemos a los cuatro fantásticos”, no
funciona. Los cuatro fantásticos han sido goleados. No términemos igual en un tema
tan serio.
En economía las cosas son
variadas. Si bien el temperamento popular es que mejoraremos, la verdad es que
hemos cerrado el año con un ligero descenso en nuestras exportaciones. La
crisis europea nos está pasando factura y si llega a agravarse se agravará
nuestra situación. Conversando con dos amigos, uno de ellos sostenía que lo
bueno de la crisis europea es que ello obligará a los inversores a invertir
algo de su dinero en países como Perú, que se ha convertido en una estrella
latina. Parece razonable. El otro amigo, se preguntaba no sin razón,
porqué si el país crece, en sus bolsillos no hay más dinero. Es la verdad, son
las paradojas de una situación en la que cada día recibimos noticias mejores en
torno a nuestra economía, pero la gente, mucha gente, no lo percibe en sus
ingresos. ¿O es que el de la mala suerte es sólo uno? O como en los tiempos de
Fujimori, se nos está vendiendo una microatmósfera.
Personalmente me preocupa más que
todo el tema de la educación. Uno de los amigos mencionado más arriba, un tipo
que sabe mucho, decía que en los últimos años se han incorporado millones de
peruanos en pobreza extrema al sistema educativo. Pero no es eso lo yo veo, le dije,
yo miro gente que orina en el centro de la ciudad, con una educación paupérrima.
Mi amigo responde, es que esa educación mínima, que no es para ti, esta
llegando y es significativa para sectores que no saben leer ni escribir. Tiene
razón. Lo malo, pienso yo, es que nos estamos nivelando hacia abajo. Sectores
que antes recibían buena educación, ahora la reciben paupérrima. Y la
consecuencia es la delincuencia generalizada azotando las ciudades. No hay
tanto que celebrar y hay más bien mucho que hacer. Será un año como todos y
acaso logremos un respiro y mejora, pero no hay que esperar nada espectacular.
Los pobres de 1.25 dólares, ya no lo son con 1.26. No es ningún consuelo, es
mentira estadística y concentración de la riqueza en pocas manos. Lo de
siempre. Así empezamos el 2013.
Pueblo Libre, 6 de enero del 2013
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