¿Cómo sería el mundo si no
hubiera habido 11-S en Nueva York? ¿Ni un 11/09 en Santiago? El refrán dice
que abril es el mes cruel. Pues no es así. Setiembre es cruel por excelencia y
por contraste. ¿Como explicarse algo más cruel que el 11 de setiembre de 1973? ¿O
algo más impactante que el 11 de setiembre del 2001? ¿O una noticia más
extasiante que la de Fujimori diciendo que no iba más en setiembre del 2000? De
cómo estos hechos tocaron nuestras existencias tratan las líneas que siguen.
El 11 de setiembre del 73. Sólo he visto imágenes y oído audios de
este evento. En esos audios, dramáticos, tensos; la cúpula militar chilena
parece estar conociendo recién al mostruo que ha creado en Pinochet. Un
general, al oírlo hablar llega a decir “pero este es un facho”. No solo facho,
Augusto Pinochet iniciaría entonces una autentica cacería humana contra la izquierda
chilena sembrando de cadáveres su estadio nacional y los caminos del sur después con la tristemente célebre Caravana de la Muerte.
En los audios del 11-S chileno, se escucha decir a Pinochet acerca de Allende, “se lo toma preso,
se lo sube en un avión con rumbo a Cuba, y el avión se cae”. Allende, el
llamado presidente mártir, sin conocer el macabro plan de Pinochet, decide que
como los grandes hombres de la historia, él no se rinde. El morirá peleando,
con un fusil y un casco. En los momentos finales despide a su hija, la obliga a
abandonar el palacio presidencial, y monta la resistencia contra los aviones bombarderos.
Finalmente se dispara un tiro en la cabeza. Empieza la noche más aciaga para
Chile, pero también para América latina, que se llena de dictadores militares puestos por Washington. Morales Bermúdez,
Videla, Pinochet: plan cóndor. Miles de personas secuestradas, desaparecidas,
asesinadas. Bebes secuestrados, gente arrojada al mar desde helicópteros, personas
sumergidas en barriles o colgadas de los pulgares. Todo ello se magnifica desde
la llegada de Pinochet. Su caída 16 años después marca también el inicio del fin de ese estilo en el continente. Las huellas aún nos acompañan.
11 de setiembre del 2001. A las 8 de la mañana tengo ya una hora en
el trabajo. No hay problemas. Veo la web de CNN en español, un edificio en
llamas. La nota reza “Explosión en el WTC”. ¿Qué diablos era el WTC? ¡Por supuesto!...Las torres gemelas; ese icono del sueño americano, del imperio, del poder
económico. En ese momento, aún no se aclara si fue una bomba, un balón de gas,
un simple incendio. Algunos minutos después la web de la CNN ya habla de un avión
estrellado. Luego, otro avión se estrella en la otra torre. Ni Spielberg
hubiera soñado semejante espectacularidad del guión. Miles de personas atrapadas
empiezan a huir. Demasiado lejos el hecho. O Demasiado ingenuos nosotros porque
hasta lo lejano nos toca siempre de algún modo. Al margen de la autoría del
atentado, es más importante lo que vino después. La aún formidable maquinaria
guerrera de EEUU se lanzó sobre Afganistán primero, y sobre Irak después. A Saddam
Husein y 900,000 iraquíes más, el WTC les ocasionó la muerte, buscando unas “armas
de destrucción masiva” que nadie encontró. El mundo islámico fue identificado
por el ciudadano común estadounidense como el nuevo cuco y enemigo que los
quería matar (el anterior eran los rusos) y para combatirlo renunció a sus
derechos ciudadanos más elementales: todos eran sospechosos. Todo extranjero
que llegaba era puesto (aún lo es) contra la pared norteamericana. El mundo es
hoy más inseguro que en el 2001. Ese es el sentir general. El 11-S nos tocó sin que nos diéramos cuenta. Por cierto, once
años después EEUU esta firmando su derrota en Afganistán e Irak.
12 de setiembre del 1992. Avenida Elmer Fawcett. En la radio
escucho decir que Abimael Guzmán ha caído preso. El hombre invisible, el que
era espíritu, el que se paseaba en la madrugada entre el frio de la puna con el
torso desnudo, había caído en manos del policía Ketin Vidal. Esa caída precipitó
el desmoronamiento de SL que vio como una a una sus células eran desbaratadas.
Lo que debió abrir una época extraordinaria no lo fue. EL gobernante de entonces
usó la captura para escamotearla a sus autores, adjudicándosela a sí mismo para
perpetuarse en el poder. Alberto Fujimori llevó tortas a Guzmán a cambio de la
firma de una carta de subyugamiento. Guzmán firmó. El 12 de setiembre del 92
marca un respiro en la espiral de violencia fratricida que nos consumía, pero
el inicio de una noche negra de las libertades democráticas en el país. Se podía
discrepar, pero esa discrepancia sería la última para cualquiera.
El primer avión se ha estrellado |
Guzmán acaba de perder su libertas 12-09-1992 |
Pero Fujimori había corrompido todo,
su lastre aún nos cuesta, la política se volvió mercenaria con él, todo se
pragmatizó en aras de los resultados. Nos quedamos sin valores. Los Luis
Alberto Sánchez se reemplazaron por los Siura, los Chu Meriz; para llegar a los
comepollo, robacable y otros. Hemos tenido una buena andadura económica desde
que Paniagua juramentó como presidente en noviembre del 2001 y nos sacó de la recesión
que nos consumía. Quizás ya sea tiempo de hacer la andadura de los valores y de
la decencia.
Por cierto, setiembre también es
mes de la primavera.
Pueblo Libre, 16 de setiembre del
2012
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