Miguel Ángel Cornejo en San Marcos
A Miguel Ángel Cornejo lo conocí
a pesar mío a principios de los 90´s. Los chicos de la FUSM de aquél entonces,
armaban el quiosco en la escalinata de la entrada de la Facultad de Economía de
San Marcos. Ponían un TV sobre una mesita móvil, a la que inmovilizaban de
algún modo; trenzaban alguna conexión eléctrica, el VHS y zas: un video de
Cornejo expuesto en el “jirón de la Unión sanmarquino”, la calle más transitada
de la universidad. Allí se concentraba tremenda multitud como si estuviera
jugando al fútbol la selección peruana de México 70. Y eso lo hacían los
temidos “rojos de San Marcos”, sí señor. Ponían los discursos más pro
capitalistas de Miguel Ángel, los que él hacía para la SNI, que era la que lo
traía a Perú en un principio.
A mí, lo dicho: su discurso no me
gustó mucho. Más que en San Marcos, lo padecí en el MALI. Allí, el profesor de
oratoria nos torturaba haciéndonoslo ver. Un día le dije al profe “Me parece un
discurso muy unilateral”. Pero lo seguí viendo, y con el tiempo ignoré la carga
ideológica de sus discursos para centrarme en las ideas fuerza. En ese momento
la idea fuerza era la “Calidad Total” y el triunfo de los japoneses en la
economía mundial. Hoy, ironías de la vida, nadie habla de lo uno ni de lo otro.
El tiempo me dio la razón. Miguel Ángel viró su rollo y se volvió más elíptico.
Empezó a fustigar con palabrotas a los empresarios peruanos por su mezquindad,
y el discurso se le volvió más humano, al punto que la SNI no lo trajo más.
Miguel Ángel Cornejo |
¿Amas a tu País?...Sin Rollos
Aún recuerdo como muchos su
anécdota del padre Chuchachoma, aquél sacerdote que rescataba chicos de la
calle. O aquella otra anécdota en que un israelí que ganaba muy buen dinero en
EE.UU. se regresa a Israel y cuando Miguel Ángel le pregunta por qué volvía
para ganar menos dinero en un país con guerras, el Israelí le responde, tomando
un puñado arena: “Porque ésta arena me da un sentido de identidad, es mi nación”.
Y Miguel Ángel pregunta al auditorio “¿Amamos a nuestra nación?...Sin rollos”.
Y la respuesta inevitable era que NO. Nadie en el auditorio estaba dispuesto a
hacer lo que el israelí aquél.
Lo más cerca que lo vi alguna vez
fue en el estadio nacional cuando lo trajeron los Añaños. Fue un conjunto de
discursos que Cornejo pronunció en varios estadios del país. Dice la leyenda
que los Añaños son lo que son porque vieron los videos de Cornejo. Así lo han
dicho ellos. Y dicen que los discursos que contrataron con Cornejo los
contrataron para compartir con el país algo de lo que Miguel Ángel les había
dado. Entre esos discursos hubo uno dirigido a los profesores. En esos días la
calidad de los docentes había sido puesta en entredicho por el presidente del
país y los de Ajeper respondieron con una capacitación en vivo con Cornejo para
miles de profesores.
Con el tiempo le agarré ley (web de Cornejo). He
regresado a los audios y videos de Cornejo muchas veces y hasta lo he
recomendado entre mis alumnos. No hay discurso suyo que no tenga algo valioso
que rescatar. Siempre una reflexión, alguna anécdota, una parábola que nos
enseña algo para cambiar y mejorar nuestras vidas, y lo más importante, mejorar
nuestras mentes. Hago a un lado las opciones políticas de Miguel Ángel porque
eso no es lo importante y menos puede distanciarnos. Estoy convencido de que a
su manera él quería un mundo mejor. Toda la gente a la que ayudó a mejorar es prueba
de ello. En los últimos años sus discursos hasta cuestionaban el consumismo capitalista
en que hemos caído.
Legado de Miguel Ángel Cornejo
Lo triste de su partida no es que ya no esté. Felizmente nos quedan sus videos y sus audios a los que uno puede y debe volver con frecuencia para hallar la sabiduría que ocultan, levantar el ánimo o simplemente reír un poco con sus ocurrencias. Son el inmenso legado. Lo malo es que se nos va un ser humano muy grande, que todavía tenía muchas cosas por decir y que hacía ese trabajo con un talento inimitable. Soy un convencido de que las ideas no triunfan porque sean buenas, triunfan porque son encarnadas por hombres singulares que las llevan a buen puerto o las vocean sin desmayo hasta encarnarlas en otros. En ese sentido Miguel Ángel Cornejo se ha ido dejando un vacío que parece ningún latinoamericano podrá llenar por el momento.
Pueblo Libre, 25 de agosto del
2015.
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