Algunas noches atrás la sociedad peruana fue sorprendida por la confesión televisiva de Sonia Oquendo, actriz nacional y decana en retiro de las modelos peruanas, de que sufría de Fibromialgia. Lo peor, contaba Sonia, era tener que trabajar y sonreir con el dolor en el cuerpo, pero ignorado por los demás, que te ven entero y saludable. “Me daban unos dolores paralizantes que no me podía parar. El dolor es intenso en todo el cuerpo y no se va. Llegaba al teatro prácticamente arrastrándome y tratando de esconderme porque nadie contrata a una persona que no se puede movilizar por sus propios medios”. Hasta ese momento nadie hubiera podido imaginar que la Oquendo vivía una invisible procesión interior, silenciosa y estoicamente. En el mismo reportaje una sicólogo y un chef profesional confesaron padecer el mismo mal, la lucha incierta que libraban contra el mismo, la impotencia, la debilidad, el dolor consumiendo sus músculos, sus ganas, los días.
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Sonia Oquendo: encendió la alarma |
Según la Wikipedia la Fibromialgia es un mal producido por stress, depresión, ansiedad, predisposición genética y otros. La verdad, es que parece que los factores desencadenantes de la Fibromialgia son muchos y la ciencia no se ha puesto de acuerdo. En lo que sí hay algún tipo de acuerdo es en la sintomatología, que definen del modo siguiente: “un grupo de síntomas y transtornos músculoesqueléticos poco entendidos, que se caracteriza fundamentalmente por fatiga extrema, dolor persistente, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blando circundante, y un amplio rango de otros síntomas psicológicos, como dificultades para dormir, rigidez matutina, dolores de cabeza y problemas con el pensamiento y la memoria, algunas veces llamados «lagunas mentales», que suelen impedir el funcionamiento rutinario del sujeto”. Un hecho subrayó el chef del reportaje, el escaso conocimiento del mal que aún poseen los médicos, y la confusión que obran al diagnosticarlo confundiéndolo con otros males, lo cual los lleva errores que derivan en prescripción de medicamentos que sólo agravan el problema.
En la mañana posterior al reportaje de nuestra nota, Viviana Rivasplata, angelical y linda modelo vigente, confesó sufrir el mismo mal. Fue una confesión valiente y dolorosa. “Después de conocer qué es Fibromialgia, sabrán por qué no duermo bien y por qué evito estresarme con cosas que no valen la pena... Siempre con una sonrisa y el ánimo arriba, enfocada sólo en cosas positivas... es suficiente con lo que tengo que aguantar fuera de la migraña”. En España el mal afecta a entre el 3% y 6% de mujeres y al 0.2 % de hombres adultos. El rango de edades varía entre los 20 y 50 años. En EEUU, Israel, UK, o Canadá, el rango de afectados está por encima del 10% de la población general. En nuestro país no hay cifras al respecto, pero el mal no respeta, edades, sexo, ni clase social. Eso es todo, ahora vamos a mi experiencia personal.
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Viviana Rivasplata confesó sufrir el doloroso mal |
El dolor empezó como un adormecimiento en la palma de una mano. Algunos días después, el adormecimiento se convirtió en una ligera rigidez al momento de extender los dedos. Entonces lo achaqué a una somatización de mis preocupaciones, ya pasaría. Pero luego la rigidez se incrementó y se acompañó de dolor en las articulaciones de los dedos. Por esos días tenía un pequeño dolor bajo una rodilla. Ya he contado que no confío en médicos de universidad que se hacen millonarios mandándonos 20 análisis tras los cuales encuentran que andamos sanos. Por eso para el tema de la rodilla busqué otro médico. Encontré uno de universidad que no me mandó análisis ni cosas complicadas. Preguntó por mis síntomas y recetó medicación. Confieso que el dolor en la rodilla cedió mucho, bastante; pero el dolor en la mano había crecido (llevaba ya dos o tres meses conmigo), me era imposible extender los dedos y sentía la musculatura de mis dedos sumamente debilitada. Adicionalmente empezaron a dolerme las articulaciones del codo y el hombro. Para colmo de males el dolor invadió mi mano sana. Entonces regresé donde mi médico y le conté del dolor de mi mano y demás partes. Repasamos algunos hechos y encontramos que yo había consumido por varios meses un medicamento que sólo tenía prescrito por quince días. “Consumido más de quince días, ese medicamento produce fibromialgia” me dijo mi médico. Esa fue la primera vez que oí esa palabra. Mis síntomas eran: rigidez variable, dolor intenso en articulaciones, músculos, tendones y tejido blando circundante. Como he mencionado, el dolor empezaba a extenderse en mi cuerpo.
Con ese conocimiento el médico cambió su enfoque, me recetó una combinación de gotas; la rodilla esperaría y nos concentraríamos en los otros dolores. Para él era una fibromialgia, o principios de fibromialgia. En los quince días siguientes, la medicación terminó con el dolor incipiente de mi mano sana, terminó también con el dolor en hombro y codo, y acabó con el dolor en mi mano más complicada. De cuánta suerte tuve sólo me he enterado al ver el reportaje que menciono al principio. Al conocer el padecimiento de otros por el mismo mal. También tuve suerte de que el primer médico al que consulté, conocía la enfermedad y una forma de cura. De otro modo hubiera podido vagar por clínicas y hospitales de médico en médico y de análisis en análisis, sin encontrar la causa del mal. Ese hecho me ahorró un tiempo valioso en el cual otras personas empeoran su dolor. Hoy día conservo una sensibilidad ligeramente diferente entre ambas manos, pero el dolor es cosa del pasado.
No puedo garantizar que mi médico puede curar a todos. Pero puedo jurar que a mí me quitó el dolor desde la hipótesis de que lo mío era fibromialgia. No hicimos análisis porque yo no creo en ellos y él no los necesitó. Y si he narrado esto, es porque sé lo que es ese dolor y sé también que muchas personas lo sufren y quieren curarse y andan buscando alguna opción. Yo gustoso los ayudaré con más información. Por cierto, recomiendo no abusar del stress, ni de los medicamentos más allá del tiempo prescrito. El dolor de la fibromialgia puede ser terrible.
Pueblo Libre, 25 de julio del 2011.