miércoles, 1 de junio de 2011

La Batalla Final Será en las Calles


               Terminado el debate electoral y ateniéndonos a los resultados de las encuestas publicadas el domingo 29 en los medios de comunicación,  que anunciaron empate en todo en la carrera presidencial peruana, queda claro que la batalla final se dará en las calles, en las plazas.

                Con respecto al debate sólo debo mencionar unas palabras. En mi opinión aquello fue un empate buscado. Ninguno destacó especialmente, ni uno ni otro tuvo armas para ganar. Tal vez estoy acostumbrado al estilo oratorio de los viejos líderes tipo Haya ó Belaúnde, y entonces los de hoy no llenan mis expectativas. Para diferenciar a estos hay que buscar más allá de los mensajes. Humala me pareció algo acartonado. Eso no le resta, pero le impide sumar. A Keiko en cambio la perjudican dos cosas: los gestos que le pillaba la cámara, eran gestos torvos, aviesos, de persona mala. Eso la cámara lo transparenta y la gente lo percibe. Lo otro, asistió al debate con un traje demasiado caro, era obvio, eso no acerca a los sectores populares, distancia, diferencia, excluye. Si alguien ganó fue Humala: 10 puntos a 9.5.

La batalla final en las plazas
                 Y bien, la batalla final será en la calle y ya la estamos viendo. Inicialmente pensé que sería una batalla por Lima. Pues no será así, Lima importa, pero hay departamentos que pueden definir. Ollanta ha desechado el Oriente, allí está perdido; Keiko ha renunciado al Sur, allí recibirá una pateadura. El centro parece de Ollanta por poco. Otra vez, la batalla será en el norte, por el peso electoral que tiene y los varios millones de electores que allí habitan. Humala es norte en estos días. La Fujimori de seguro visitará otra vez esa zona, donde lleva una ligera ventaja. En Lima la candidata llevaba casi 20 puntos por delante hasta el domingo. Sin embargo Humala tiene en la capital un colchón interesante que podría crecer. 

Las calles: la última trinchera

                En las calles he percibido esto. Gente dando la batalla por Humala. Han perdido el miedo, o si se quiere, el roche. NO les importa nada. SI el 2006 ser Humalista en Lima era síntoma de locura, hoy es cosa común llevar un polo blanco con la O, volantear, dar la cara y anunciar el voto. La marcha “NO a Keiko” de la semana pasada ha sido un punto de inflexión que se gestó en los días previos. Habla el hartazgo, el deseo de que una mafia no retorne. En la marcha se expresaron mayoritariamente jóvenes, colectivos, asociaciones, amigos, universitarios, artistas, intelectuales. Se dice que fueron 20,000. Es el mismo espíritu que dominó las calles cuando la dictadura de Fujimori se derrumbaba. Es difícil para los keikistas responder a esto. Su gente se mueve según el pago, no quieren dar cara, es difícil decir Si, yo apoyo los robos; hay una contradicción y limitación consustancial al fujimorismo. Pero esto no dará el triunfo a Humala. La campaña se definirá por quien se canse menos, quien abrace más, de más besos, más abrazos, cante, baile, sonría, y genere simpatía. En esa medida Humala viene de atrás y parece estar tomando la cresta de la ola. ¿Le alcanzará el tiempo?

Pueblo Libre 31 de mayo del 2,011

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