Algunos dijeron, Este se volvió loco, Humala jamás ha corrido una ola. ¿Ah, si? ¿Apostamos? Es verdad, se puede construir casas sin estudiar arquitectura. Y dirigir una guerra de piedras sin ser militar y hasta una de verdad con algo de sentido común cuando la situación lo amerita. Y ser empresario sin saber nada de empresas y ser político o periodista siendo empresario. Luego, se puede correr olas siendo militar.
Deporte de riesgo si no sabe nadar |
Si debiéramos creer lo que dijeron las encuestadoras por meses, Humala sería el mejor corredor de olas nacional. Una ola hay que tomarla en Perú en el momento exacto. Mantenerse en ella el tiempo estrictamente necesario. Arribar a la meta sin aspavientos y con suspenso. Luis Castañeda se trepó a la ola antes de tiempo, la tabla le quedó grande y terminó quinto. Alejandro Toledo hizo lo mismo, no soportó los ataques de otros tablistas; quedó cuarto. Kuczynski agarró la ola tarde, gringo al fin, acabó tercero. Keiko sólo miró la ola y finalizó segunda.
Humala dejó la arena, penetró en el mar. Por meses anduvo en 10%. A 21 días de la primera vuelta se puso segundo y a 14 días se puso primero. Allí, los medios de comunicación que lo habían ninguneado quisieron desaparecerlo, pero ya se había metido al corazón de la gente y ganó la primera vuelta con 32%. Tomó la ola. No estuvo en ella tanto tiempo que permitiera a sus enemigos tumbarlo y se quedó lo suficiente para ganar. Tablista eximio.
La política es como el surf: hay que domar las olas |
La segunda vuelta la empezó primero, pero sabedor de que si vas arriba los demás te toman por piñata, dejó el lugar a su adversaria. Fue igual, la derecha le dio de alma como a un diablo. ¿Por qué ganó? La explicación es larga. Baste decir por ejemplo que al sentirse ganador el fujimorismo hizo lo único que sabe y mostró la lepra: amenazas, cinismo, cachiporras, compra de la prensa, reparto de alimentos a cambio de votos, calumnias, etc. La Fujimori subida en la cresta de la ola hundió su propia tabla.
A siete días del sufragio final Keiko llevaba 7 puntos de ventaja según DATUM y CPI. A 72 horas del domingo APOYO daba ganadora por 2 puntos a F-2011. Pero a 24 horas del escrutinio (sábado por la tarde) todos daban ganador a Humala por 3 puntos ¡Milagro¡ Si lo anterior fue cierto Humala sería un estratega extraordinario que se baja de la ola y la toma cuando quiere con lo justo para ganar. Cambiar la “tendencia” del favor popular en 48 o 72 horas, es cosa extraordinaria que los analistas políticos extranjeros miran con asombro.
Algo parecido, sólo Susana Villarán; que tomó la ola a 21 días de las elecciones, se subió a la cresta de la misma, un poquito adelantada, lo que dio tiempo a la derecha para enrojecerla y satanizarla. Ganó por 38,000 votos. Tiene un sobrino tablista.
En política hay que saber correr olas. Si ayer tuvimos a Sofia Mulanovich como campeona mundial, ahora tenemos a Ollanta, campeón de los océanos.
Pueblo Libre, 12 de junio del 2,011
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