sábado, 27 de junio de 2015

Y el corredor Azul triunfó

Ahora que los medios de comunicación casi han olvidado a Susana Villarán, porque ya no vende, el corredor azul de la Av. Arequipa ha demostrado su éxito. A nadie en su sano juicio, (ni a Castañeda que ha perdido el juicio) se le ocurriría prescindir del Corredor Azul y regresar al sistema anterior de combis y coaster; o cambiarlo por un sistema tipo “Metropolitano”. Implementar éste último costaría cientos de millones de dólares.

Corredor Azul: Triunfo de la sensatez

Beneficios del Corredor azul


En el aspecto económico es donde el corredor azul muestra su superioridad sobre otros sistemas: bajo costo para una solución real al problema del transporte limeño. Repasemos: en el corredor azul hoy en día el servicio respeta una ruta; tiene un costo que todos conocen y no se altera; las rutas no se recortan de acuerdo al capricho y angurria del transportista de manera sorpresiva; los ómnibus son espaciosos y cómodos; tienen un paradero que el público y las unidades respetan; no corretean en una “guerra del centavo”; contaminan menos que las coaster y combis; menos unidades dan el servicio que antes daban miles; no existen cobradores que encarecen el costo del servicio y pelean con el usuario; los choferes son parte de empresas legalmente constituidas y cumplen unos horarios de trabajo normales; las empresas se responsabilizan ante la ley por accidentes. Además de todo lo anterior, la avenida Arequipa y la Avenida Garcilaso lucen hoy libres de atoros del tráfico (salvo los generados por el bypass de Telesup).

La Derrota de Castañeda y del Odio


A Castañeda, que ingresó a la alcaldía a lo bestia, a destruir (mismo Freddy Kruger) todo lo que Villarán hubiera implementado, se le ocurrió suspender el corredor azul de Javier prado. La gente le cobró la gracia en pérdida de respaldo y Castañeda debió permitir el retorno del servicio. Cuando se anunció su vuelta la gente suspiró aliviada. Hoy opera exitosamente, sin problemas, la gente los busca y prefiere. Es una ruta en la que aún debe luchar contra una competencia feroz, pero tiene dos o tres cosas a favor: respeta rutas en un trayecto donde las coaster las recortan de acuerdo a la hora del día. Hacen un trayecto en el que otras empresas cobran 3 soles, por sólo 1.5 soles. Son ómnibus espaciosos y limpios, su competencia está formada por unidades pequeñas y sucias. Hoy en día en la ruta de Javier Prado hay 6000 unidades de transporte pequeñas e incómodas brindando ese servicio. Al año de iniciarse el corredor de Javier Prado esas unidades se reducirán a 3,000 y habrán 550 unidades del corredor azúl. Será como vivir en otra ciudad. 



Oponerse por Oponerse: Perder o Perder


La gran pregunta es ¿Por qué la gente se opuso a este servicio cuando dio inicio en octubre del 2014? ¿Se volvieron locos? Nada que ver. La respuesta es simple pero a la vez absurda. Por un lado los medios de comunicación (con Philipp Butters a la cabeza) empeñados en destruir cualquier cosa que hiciera Villarán. Por otro lado, la gente, desconcertada, atontada, achicopalada, ante un cambio que alteraba grandemente su forma de movilizarse en la ciudad. Era el miedo al cambio. La pataleta final del niño que se resiste a madurar. Ahora todo mundo conoce el sistema, nadie quiere volver al pasado. Ni locos. Susana Villarán ha triunfado fuera de su tiempo, es una victoria importante para el transporte, pero victoria pírrica para su mentora. Sin importancia, si aprendemos la lección; oponerse por oponerse a lo desconocido, no parece ser una gran idea. Sin esa oposición torpe, hoy en día Lima tendría los cinco corredores complementarios operando y los beneficios que hemos detallado más arriba serían extensivos a los mencionados corredores.

Lo que queda es eso. Impulsar la entrada en operación de los corredores que aún no lo han hecho. Soñar con la construcción de nuevos “Metropolitanos” es una torpeza grande. Su costo lo hace inviable y estarían listos para las calendas griegas: lo que los marketeros dirían “Cuando se acabe la botella de aceite”. Técnicamente “nuevos Metropolitanos” no parecen ser lo mejor. Los corredores complementarios en cambio, parecen ser la solución económica e ideal para una ciudad que hoy por hoy, parece tener colapsado su sistema de transporte.

San Isidro, 26 de junio del 2015.


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