Ahora que los medios de
comunicación casi han olvidado a Susana Villarán, porque ya no vende, el
corredor azul de la Av. Arequipa ha demostrado su éxito. A nadie en su sano
juicio, (ni a Castañeda que ha perdido el juicio) se le ocurriría prescindir
del Corredor Azul y regresar al sistema anterior de combis y coaster; o
cambiarlo por un sistema tipo “Metropolitano”. Implementar éste último costaría
cientos de millones de dólares.
Corredor Azul: Triunfo de la sensatez |
Beneficios del Corredor azul
En el aspecto económico es donde
el corredor azul muestra su superioridad sobre otros sistemas: bajo costo para una
solución real al problema del transporte limeño. Repasemos: en el corredor azul
hoy en día el servicio respeta una ruta; tiene un costo que todos conocen y no
se altera; las rutas no se recortan de acuerdo al capricho y angurria del
transportista de manera sorpresiva; los ómnibus son espaciosos y cómodos;
tienen un paradero que el público y las unidades respetan; no corretean en una
“guerra del centavo”; contaminan menos que las coaster y combis; menos unidades
dan el servicio que antes daban miles; no existen cobradores que encarecen el
costo del servicio y pelean con el usuario; los choferes son parte de empresas
legalmente constituidas y cumplen unos horarios de trabajo normales; las empresas
se responsabilizan ante la ley por accidentes. Además de todo lo anterior, la
avenida Arequipa y la Avenida Garcilaso lucen hoy libres de atoros del tráfico
(salvo los generados por el bypass de Telesup).
La Derrota de Castañeda y del Odio
A Castañeda, que ingresó a la
alcaldía a lo bestia, a destruir (mismo Freddy Kruger) todo
lo que Villarán hubiera implementado, se le ocurrió suspender el corredor azul
de Javier prado. La gente le cobró la gracia en pérdida de respaldo y Castañeda
debió permitir el retorno del servicio. Cuando se anunció su vuelta la gente suspiró aliviada. Hoy opera exitosamente, sin problemas, la gente los busca y
prefiere. Es una ruta en la que aún debe luchar contra una
competencia feroz, pero tiene dos o tres cosas a favor: respeta rutas en un
trayecto donde las coaster las recortan de acuerdo a la hora del día. Hacen un
trayecto en el que otras empresas cobran 3 soles, por sólo 1.5 soles. Son ómnibus
espaciosos y limpios, su competencia está formada por unidades pequeñas y
sucias. Hoy en día en la ruta de Javier Prado hay 6000 unidades de transporte pequeñas e incómodas brindando ese servicio. Al año de iniciarse el corredor de Javier Prado esas unidades se reducirán a 3,000 y habrán 550 unidades del corredor azúl. Será como vivir en otra ciudad.
Oponerse por Oponerse: Perder o Perder
La gran pregunta es ¿Por qué la
gente se opuso a este servicio cuando dio inicio en octubre del 2014? ¿Se
volvieron locos? Nada que ver. La respuesta es simple pero a la vez absurda.
Por un lado los medios de comunicación (con Philipp Butters a la cabeza) empeñados en destruir cualquier cosa que
hiciera Villarán. Por otro lado, la gente, desconcertada, atontada,
achicopalada, ante un cambio que alteraba grandemente su forma de movilizarse
en la ciudad. Era el miedo al cambio. La pataleta final del niño que se resiste
a madurar. Ahora todo mundo conoce el sistema, nadie quiere volver al pasado. Ni
locos. Susana Villarán ha triunfado fuera de su tiempo, es una victoria importante
para el transporte, pero victoria pírrica para su mentora. Sin importancia, si
aprendemos la lección; oponerse por oponerse a lo desconocido, no parece ser
una gran idea. Sin esa oposición torpe, hoy en día Lima tendría los cinco
corredores complementarios operando y los beneficios que hemos detallado más
arriba serían extensivos a los mencionados corredores.
Lo que queda es eso. Impulsar la
entrada en operación de los corredores que aún no lo han hecho. Soñar con la
construcción de nuevos “Metropolitanos” es una torpeza grande. Su costo lo hace
inviable y estarían listos para las calendas griegas: lo que los marketeros
dirían “Cuando se acabe la botella de aceite”. Técnicamente “nuevos
Metropolitanos” no parecen ser lo mejor. Los corredores complementarios en
cambio, parecen ser la solución económica e ideal para una ciudad que hoy por
hoy, parece tener colapsado su sistema de transporte.
San
Isidro, 26 de junio del 2015.
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