martes, 10 de julio de 2012

La Riqueza es de Todos...¿Y la Pobreza, es de Todos?

Entre los argumentos más sólidos que se le ha oido al presidente Humala en los últimos tiempos, está el que, refiriéndose al oro de Cajamarca, sostiene que "La Riqueza es de Todos". Parece ser un argumento lógico e irrebatible. ¿Cómo oponerse a una idea que nos incluye a todos? Porque el oro del Perú es de todos los peruanos ¿O no?
Pues no. De salir adelante Conga el oro será de la empresa Yanacocha, la cual pagará al estado un impuesto a la renta por habérsele dado la concesión. También pagará un canón minero (que sale del impuesto a la renta) a la región Cajamarca, cuyo uso deberá ser aprobado previamente por el ministerio de economía desde Lima. Otra parte, menor pero no menos importante, irá para Lima, al montaje de fastuosas oficinas de la empresa explotadora; también a pagos del personal administrativo que desde la capital decidirá la vida de los pueblos y gentes cercanos al proyecto. La parte del león, es decir el grueso de la riqueza, se la llevará la minera expatriándola al extranjero. ¿No que la riqueza era de todos? Pues no, esa es sólo una frase bonita.
La riqueza no es de todos
Una frase que se ha usado en múltiples oportunidades. Cada vez que un pueblo tiene alguna riqueza desde la capital peruana llegan los ejercitos de expropiadores afirmando que la riqueza es de todos. Ocurrió cuando lo del gas de Camisea; lo que nadie ha explicado es porqué si el gas (la riqueza) es de todos, sólo beneficia a algunos empresarios limeños y algunas decenas de miles de usuarios domésticos, también limeños. La riqueza es de todos también se ha dicho en Puno, Arequipa, Piura y la Selva (y siempre); para extraer el oro o el petróleo y expoliar a esos pueblos. Así, los recursos que en otros países son la riqueza de los pueblos, en el Perú se convierten en desgracia y muerte para esas poblaciones.

¿Y la pobreza? ¿Es de todos? Sólo de las mayorías. Un estado serio y responsable debería abocarse desde siempre a crear una infraestructura que lo combata: carreteras, caminos, postas médicas, escuelas, etc. Ahora que Cajamarca nada en oro, el presidente Humala y los voceros derechistas les han ofrecido construirles todo lo que en 500 años no se ha construído. ¿Qué ocurrirá con pueblos como Huancavelica o Ayacucho que no cuentan con oro y no han recibido ese tipo de promesas presidenciales? Probablemente nada ocurra y sigan esperando migajas durante los siguientes 300 años. Pero si la riqueza es de todos ¿Por qué algunos estan en la pobreza desde y para siempre? Porque no se busca construir un país para todos dialogando; se busca hacer la chacra de algunos imponiendo, usurpando, baleando, exaccionando. Todo estará bien mientras Lima usurpe; en cambio el mundo se caera y la seguridad nacional estará en juego, si alguien desde las regiones osara oponerse. 
Cajamarca en una lucha solitaria y desigual
En las balas de Cajamarca que estos dias la policia ha usado sin medidas y los muertos ocurridos, se expresa el profundo desprecio por gente a la que se considera inferior por el color de su piel o porque no se desplaza en 4 x 4. Es obvio que el premier Valdes nunca entendió, como muchos limeños tampoco, cómo es que esta gente pobre a la que consideran ignorantes y manipulados, puede oponerse a algo que en la lógica limeña es tan claro. Para el limeño promedio es imposible entender y menos aceptar que más allá del río Rimac hay pareceres diferentes a los suyos. Hace tiempo ya, la señora Mercedez Araoz, ministra de estado en ese momento, le confesaba a César Hildebrant que ellos (el gobierno), iban a decidir que cosa era lo mejor para los nativos de Bagua. Es lo mismo que pretende hoy el gobierno respecto de Cajamarca y Puno. La costumbre de satanizar toda protesta provinciana como obra de gente manipulada, tiene su correlato en millones de limeños que repiten en el micro o el café la misma sandez. Ese ombliguismo capitalino es el que nos hace daño, porque reduce la discusión a adjetivaciones sin tocar el fondo de los problemas.

Ex Premier: expresión de un abuso de siglos
Construir el país de todos exige cambiar esa mirada que todo lo explica en la inferioridad del otro y su presunta manipulación por genios del mal. También implica abandonar frases estereotipo como la que titula este post, para sentarse a conversar convencidos de que todos hacemos el país y no hay superiores, dueños de la verdad, ni categorías similares. 

Pueblo Libre, 31 de julio del 2012
 

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