viernes, 3 de junio de 2011

Elegir entre una Mafia y la Decencia: la decencia una vez, veinte veces


            La situación no admite ambiguedades. Al votar lo haré sin dudas ni miedos. Para algunos la elección es cuestión de negocios. Para mi es cuestión de valores. Hay quienes usan a los hijos como coartada: “lo hago porque pienso en mis hijos”, dicen. Yo espero que los míos jamás se avergüencen de mi voto o me desprecien por votar a la hija de un asesino.  Elegiremos entre una mafia y la decencia, eso lo sabemos todos. Cuando voten algunos compatriotas se untarán en tinta indeleble, pero retirarán la mano manchada con sangre: la de las mujeres esterilizadas, la de todos los muertos y desaparecidos, y la de los torturados como Leonor La Rosa. Y los muertos de Cantuta, y los asesinados en la Marcha de los 4 Suyos. Y más. Yo retiraré la mano untada en tinta indeleble. Y como yo millones, sólo tinta indeleble, no la sangre de los inocentes.
Votar sin untarse en la sangre de inocentes
             En los 90 combatimos a la dictadura. Éramos pocos y nadie nos creía. Ahora somos muchos. Estamos alertas. En esos años aprendí que los procesos sociales toman tiempo. El domingo los demócratas podemos ganar o perder la elección, la democracia será finalmente recuperada. De lo que uno no se recupera es de la indignidad, del saber que se entrega el voto a una mafia por dinero. De que no importa si la candidata es ladrona, mentirosa, cínica, extorsionadora, cómplice de asesinatos, torturas; nada importa. ¿Cómo explicar eso a los niños? ¿Cómo exigirles que digan la verdad y sean buenos hijos?  ¿Cómo condenar a los delincuentes si elegimos delincuentes para que nos gobiernen porque defienden nuestros intereses? ¿Cómo enojarnos cuando nos roban el celular o la billetera si votamos por ladrones? Este país lo construyeron sus héroes, Grau, Bolognesi; esos a quienes Fujimori dijo no admirar. Lo construyeron también los humildes, los sin nombre, los siempre ignorados y postergados. Aquellos a los que hoy se insulta y hasta Szyszlo les dice ignorantes. Por eso me juego a un país distinto, mejor. Sin mafia. De todos, inclusivo, creciente, respetuoso.  Por todo eso voto por Humala. Y por algunas razones más.

Porque nada tengo que perder y sí mucho por ganar. La campaña del miedo ha sido y es millonaria y ha querido convencerme de que si gana Humala se irán los empresarios y todos perderemos el empleo. Bien. No se va Gastón Acurio, él se queda. También se quedan los Añaños, y los Romero, y se quedan las mineras que están ganando cientos, miles de millones. Y las petroleras que se han hecho más ricas. Y se quedan los emprendedores que jamás tienen miedo y son también millones. Si alguien quiere irse pues vaya, adelante, a veces menos es más. 

Por razones morales. Pues aunque suene romántico, atemporal, idealista, fui educado para no mentir, no robar, no matar. Y la candidata Fujimori ya era bastante mayor cuando se trepaba a las rejas de palacio a hacer campaña re-reeleccionista con su papá. Y grande estaba cuando se denunciaron los millones de Montesinos en el banco Wiese, y grande era cuando su madre fue torturada por su padre. Y lo era cuando recibía dineros del Doc. para pagar sus estudios y los de sus hermanos en EEUU. Y grande cuando se esterilizaba mujeres pobres en el país. Todo eso es inmoral. Que no diga que nada sabía, que era chica, que era inocente. Sabía todo, pensaba, calculaba, callaba. Nadie elegiría presidenta a la hija de Al Capone. Los chilenos no eligieron a los hijos de Pinochet. Ni los argentinos a los hijos de Videla. ¿Por qué mi patria si? ¿Por qué yo? Si el mundo se prostituye, Adios, yo no. Pero no estoy solo, somos millones los que decimos que no a los Fujimori, Sí a la decencia

Porque espero que Humala SÍ haga una inclusión social manteniendo el crecimiento. Porque a despecho de lo que la propaganda oficial y la interesada nos dicen, la pobreza es aún una sombra demasiado extendida en nuestro país y para mucha gente no hay ni educación  ni salud. En plena bonanza económica tenemos más de 100,000 recicladores de basura: cartoneros. Tenemos la peor educación de A.L. y somos campeones de TBC. Y la gente que supuestamente salió de la pobreza, salió porque ya no gana un dólar al día ¿Quizás dos? No hay más que salir de Lima y ver la realidad. O abrir bien los ojos en Lima. Hace cinco años el interior del Perú pidió un cambio. EL 10 de abril lo volvió a pedir. Les daremos la espalda. ¿Cuánto más deben esperar? ¡Yo voto por el cambio ahora¡

Porque he visto un spot de la CONFIEP, y ellos me han dicho por quien no votar. Que se sepa a estos caballeros jamás les importó la democracia, nunca dijeron nada acerca de la corrupción, no lucharon contra la dictadura, pero ahora quieren inducir el voto con campañas de terror. No gracias, ya sé con quien están estos, no votaré por ellos ni por su candidata.  

Porque la campaña del miedo no va conmigo. No me asusta que Ollanta sea Chavista, lo dicen tanto que no les creo. Ni que sea Velasquista por la misma razón. El deberá enmarcarse dentro de la democracia, y deberá continuar con el crecimiento económico. Allí están Toledo y los Vargas Llosa vigilantes, pero lo más importante, mi voto lo cuido yo, no le dejo esa tarea a nadie. Y como yo otra vez, somos millones los que podremos reclamar porque esa ha sido la promesa, crecer en justicia y democracia. Alguno de sus electores puede exigir democracia, honestidad, justicia, a Keiko Fujimori?

        Entre la decencia y la Mafia elijo la decencia y votaré por Humala una vez y veinte veces si hubiera menester. Sin miedo.

2 de junio del 2,011

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