sábado, 5 de septiembre de 2015

Chapa tu Choro y Déjalo Paralítico: El Peligro de los Niños Jugando a la Guerrita (II)

Hemos visto ya en el post anterior que el método “Chapa tu choro y déjalo paralítico” puede ser peor que la enfermedad. Ahora bien, cabe una pregunta importante que no se ha hecho ¿Cuál es el efecto de ésta campaña en los niños? No es una campaña de valores y solidaridad. No. Tampoco de cultura y amor. Vamos, es una campaña de miedo y odio. Miedo al ladrón, a perder las cosas materiales ganadas con esfuerzo, miedo a ser heridos o muertos por algún delincuente (esto está muy claro). Y odio a ese ladrón visto como el ser que te produce el miedo anteriormente descrito.

¿Y los niños qué?


Chapa tu choro y dejalo paralitico
¿Pero y los niños? ¿Las imagenes que acompañan la campaña son educativas y crean niños sanos y felices? ¿O crean niños inseguros, con miedo a ser robados o muertos y enterándose prematuramente de cosas que deberían conocer cuando sus psiquis estén más preparadas? Deberían esperar, es claro. Las imágenes de apaleamientos y sangre no son buenas para los niños. Los trauman, los paralizan, les joden la vida, eso es. Pero también los llenan de odio. Los niños no observan imágenes silenciosamente. Hacen preguntas ¿Papi, por qué le pegan a ese señor?. La respuesta más conciliadora suele ser “Porque es un ladrón y los ladrones son gente mala”. Y es cierto…Pero eso es sembrar odio en mentes infantiles, en niños que deberían estar jugando y estudiando para ser mejores; no aprendiendo a odiar y a vengarse. ¿Qué pasará cuando los niños vean pasar una turba que captura a alguien y le rompe las piernas o les quita la vida? Traumas en su cabeza, más odio, más miedo, más inseguridad y deseos de venganza. Es decir, una población traumada por una violencia que no debió vivir.


¿Cómo salir del problema?


Entonces… ¿Qué hacer? Paciencia, inteligencia y acción. El problema es complejo, involucra a la policía que captura, al poder judicial que juzga, a la fiscalía que acusa, al sistema penitenciario que encierra, al parlamento que da leyes. Y la corrupción que lo penetra todo. A Capone, Eliot Ness lo derrotó con inteligencia, no con palos ni a fierrazos por las piernas. A Guzmán, Ketín Vidal no le tocó ni un pelo, pero lo sacó de circulación para siempre. Ni Ness ni Vidal eran corruptos ¿Qué puede hacer la gente entonces? Activarse.

¿Cómo activarse? ¿Qué es eso? La ciudadanía no es embutirse en Mistura, aunque lo diga Gastón, entiéndase. La ciudadanía se ejerce o no. Ejerces cuando te involucras con un problema y buscas soluciones dentro de la ley. Lo que nos queda como ciudadanos es exigir a todos los sectores mencionados arriba, que hagan su parte. Es luchar en las calles contra la corrupción, es no votar (y esto es muy importante) por corruptos ni por ladrones.  Es echarse a andar las calles diciendo nuestra verdad, como se hace en Europa, cuando las cosas están mal. Siempre he dicho ¿Para cuándo un millón de limeños saliendo a las calles a exigir seguridad? ¿Cuándo los arequipeños y los trujillanos desfilarán en sus calles exigiendo seguridad por cientos de miles? ¿Cuándo los piuranos, lambayecanos y ancashinos? Si no lo hacemos, entonces no entendemos el problema, tenemos lo que merecemos.

Roba pero hace obra: la condena del karma


chapa tu choro dejalo paralitico
Fujimorismo detrás de la campaña del miedo y el odio

Finalmente comprender lo siguiente: si votas por corruptos y ladrones, te echas encima un karma de padre y señor mío. Lima votó por un señor que “Roba pero hace obra”. Creer que decisiones de ese tipo no tienen consecuencias es no entender nada. La condena del karma es brutal. Si hablas de ser un campeón, te haces campeón; al votar por el que roba pero hace obra, llevas el delito hacia tu vida. Lo mismo que en Lima, pasa con los trujillanos y su presidente regional que prometía “plata como cancha a sus incondicionales” para cuando él llegara al poder. Nos pasará con todos los candidatos presidenciales cuestionados que tenemos hoy perfilándose hacia el 2016. Como se ve, necesitamos más inteligencia antes que dejarnos llevar por la pasión y la ira de un minuto.

En lugar de chapar a tu choro para dejarlo paralítico, chapa a tu hijo y edúcalo con el ejemplo del buen hacer. Ponlo en el camino del deporte, la lectura, el estudio y no necesitarás quebrar las piernas a nadie. El camino es complejo, arduo, trabajoso, pero lo bueno cuesta. No hay de otra. Y ojito, no hemos dicha ni media palabra aún de las causas de la delincuencia.

San Isidro, 03 de setiembre del 2015


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