domingo, 24 de febrero de 2013

Menores en Asia se Embriagan A vista y Paciencia de las Autoridades



Con el titular que acompaña este post, el diario el Comercio llenaba su primera página del 10 de febrero aludiendo a lo que toda Lima sabe: Que los niños bien de las familias más acomodadas de la capital peruana se emborrachan y malogran desde que cae el Sol hasta que  emerge en un nuevo día muchas horas después. La periodista que ha hecho la nota, una nota bastante light dicho sea de paso, no menciona para nada las drogas, que también toda Lima sabe que allí se consumen (ver video más abajo), ni menciona las peleas de una violencia brutal (Rosa María Palacios dixit), que allí se producen por quítame estas pajas y “mírame bonito” varios. Nada, ese no es el tema de la nota, el tema es “la vista y paciencia de las autoridades” frente a los menores que se embriagan en Asia.

Foto del Diario El Comercio que acompaña la nota
Pamela Sandoval, la periodista que firma la nota, quiere que el alcalde de Asia haga lo que los padres de los mozalbetes no hacen: educar, cuidar, corregir, vigilar a sus hijos. ¿Qué responsabilidad tiene el alcalde asiático de lo que estos jovencitos hacen con sus dineros y de que se embriaguen en Asia? Ninguna. Son los padres los que proveen con dineros a esos jóvenes que luego lo gastan con desdén en intoxicarse y destruirse a sí mismos. ¿Es que acaso la periodista ignora que los padres de esos jóvenes saben perfectamente a qué van sus hijos a Asia?  Son padres consentidores que han renunciado a educar a sus críos y que probablemente disfruten en otros ámbitos de los mismos desafueros de sus vástagos. Hasta es posible que les den el dinero para deshacerse de ellos por unos ratos.



La autoridad municipal es el último eslabón de importancia en una cadena de la que forman parte primerísima los padres que renuncian a serlo; también los policías que deberían perseguir el tráfico de drogas y no lo hacen; y muy importante, una educación privada que estos adolescentes reciben y que se autoproclama la mejor educación del mundo, pero que en la práctica sólo bota jovenzuelos frívolos, juergüeros, incultos y derrochadores.


El problema de la nota del diario El Comercio, es que agita el dedo y señala falsos culpables, pero no identifica el problema principal. Cuando menciona la "vista y paciencia de las autoridades", está señalando al falso culpable. Nos estamos acostumbrando a señalar culpas ajenas y no asumimos las propias. Con todo su terror, la tragedia de la Discoteca Utopía y los jóvenes allí fallecidos, señalaron hacia el empresario del establecimiento incendiado, pero dejó intocada la responsabilidad de los padres de los mismos fallecidos, que ingresaron al local sabiendo perfectamente que en esa discoteca se jugaba con fuego.


Los jóvenes seguirán bebiendo, drogándose y peleando en Asia y en muchos lugares de esta Lima que disfruta de una bonanza económica impensada, mientras los padres sigan abdicando de su función, dejándolos de su cuenta y proveyéndolos con los dineros que les sobran.


La nota del diario El Comercio tiene la misma función ya vista en otras campañas, de arrinconar a los políticos sin tocar las causas de los problemas. En el periodismo hay un afán parricida o la cocción de un negocio de chantajes. Parricidio porque ven al poder como al padre al que el adolescente quiere vencer. Por ello las campañas antiparlamentarias o anti tal o cual ministro. Negocio de chantajes porque el medio de comunicación se convierte en arma que tuerce voluntades de los que toman las decisiones. 


Lo malo es que problemas como el de los jóvenes de esta nota,  que ven el desperdicio de sus tiempos y salud como meta, siguen siendo pasados por agua caliente. En tanto ello ocurre la ciudad se llena de tranqueras y crímenes.



24 de febrero del 2013

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