lunes, 16 de julio de 2012

Chau Trujillo

Casona colonial trujillana con ventanales de hierro
 Con el post sobre el colegio San Juan culminé por ahora la serie sobre la ciudad norteña. Es imposible abarcar todos los aspectos; demasiada ciudad para tan poco tiempo. He andado con gusto sus calles  sintiendo una atmósfera amistosa dificil de hallar en otros lugares. He vuelto a sorprenderme de la vitalidad de un pueblo que crece y se desarrolla ajeno a los designios torvos que algunos le señalan. En sus apellidos, rostros, y costumbres confluye la herencia mochica, chimú e hispana. La ciudad es una que regocija y que uno siente suya tan luego llegar. En algún lugar leí que carecía de una buena cantidad de edificios. Tonterías. No se va a Roma o Venecia buscando rascacielos; tampoco a Trujillo se va para eso.

Detalle del Balcón Colonial TRujillano
En la visita a la casa de Haya de la Torre encontré un documento reciente que pretende fijar la fundación de la ciudad en marzo de 1535. Se comenta para ello un documento de Pizarro de enero de 1535, en el que menciona que Almagró "pobló" Trujillo hacia diciembre de 1534. Se enfatiza que Pizarro no dice "fundó". No nos haremos bolas si Almagro "pobló" y no "fundó" Trujillo en 1534. Lo cierto es que Trujillo existe diagramado y habitado por los españoles antes que la ciudad capital. No nos despeina el tema de la fundación, puesto que a estas alturas ya parece que ésta como evento social no se produjo jamás; o que algún historiador explique cómo es que no se conserva memoria, acta, ni noticia precisa de la fecha de éste evento, que no era un evento cualquiera; sino la fundación de la ciudad homonima de aquella en la que había nacido el conquistador. ¿Es eso posible? Sería insólito, por decir lo menos, que el conquistador no tuviera noticia ni documento de tan magna fecha para la ciudad que él habían mandado a trazar y fundar.

Plaza de Armas y estatua de La Libertad
Para finalizar, insisto en el enorme potencial productivo que tiene la región La Libertad, que casi con la tercera parte de la superficie arequipeña, produce por idéntica cántidad. Sin embargo para que eso suceda, las nuevas generaciones deberán sacudirse la molicie que hoy los encima.

Avenida Mansiche
Pueblo Libre, 11 de julio del 2012

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