lunes, 20 de febrero de 2012

Ganadores y Perdedores


     Demi Moore, símbolo sexual de fines de los 80, está internada en una clínica de rehabilitación por problemas de adicción, desorden alimenticio y extrema delgadez. Ha entrado en una peligrosa espiral desde que su esposo, Ashton Kutcher, la engaño en la fecha de su sexto aniversario de bodas. La amiga que llamó al 911 previo al internamiento dijo “Demi fumó algo, no es marihuana”. Michael Jackson, el hombre que quería vivir eternamente  y desde sus años tempranos saboreó de la fama y la fortuna, falleció a los 50 años de manera absurda, irónica; en su casa, por una intoxicación aguda de Propofol. Había vendido cientos de millones de discos y poseía aún una  considerable fortuna calculada en 1,000 millones de dólares por sus activos y derechos de autor, también tenía deudas por 500 millones. Con Thriller había conocido el éxito instantáneo y el poder convirtiendo ese disco en el más vendido de todos los tiempos. Whitney Houston, alcanzó la fama y la fortuna entre fines de los 80s y principios de los 90s. La potencia de su voz la llevó a ocupar los primeros lugares de las listas de éxitos en EEUU, Inglaterra y otros países durante muchas semanas consecutivas con el tema I Will Always Love You y su interpretación del himno norteamericano ha sido considerada de las mejores. Ha fallecido a los jóvenes 48 en su casa, en la bañera, probablemente ahogada por efecto de los calmantes. Era consumidora habitual de Xanax, para calmar la ansiedad. 

Talentosa Whitney Houston: la fama efímera
  Una cosa me queda clara: ni la fama ni el dinero son el éxito. No puede serlo si te va tan mal como a los tres mencionados arriba. Conozco personas, tengo amigos, miro gente en la TV, continuamente jactarse de esto o aquello que poseen. Algunos incluso huyen de otros que andan en mala situación, porque la pobreza se pega, arguyen. En la ciudad se ha convertido en símbolo de éxito el derroche de comida. Hay que ingresar al restaurante exclusivo, pedir el plato más caro, y dejar la mayor cantidad posible sin consumir. Si pides y no pruebas bocado pero lo pagas, eres el éxito total. Mientras más se derrocha y desprecia, mayor es el triunfo. No eres como los que mueren de hambre en el Cuerno de Africa, por ejemplo. Vivimos una cultura del exitismo, que busca  al éxito como antaño otros buscaban al Santo Grial. Pero qué es el éxito. Demi Moore, Michael Jackson y Whitney Houston lo alcanzaron a edades tempranas y éste, por lo menos el éxito material, no los abandonó jamás. No han pasado miserias o hambre como millones de seres. Ni carecen de un techo. Por qué han muerto absurdamente o enfermado al punto de decir “Tengo miedo de no ser amada” como hizo Demi Moore? ¿Qué es el éxito?  El éxito es la vanidad. El éxito es la aprobación que me dan los demás. El éxito es la cuatro por cuatro, la gordura en la billetera y en la panza también. El éxito es el color de mi piel y cuánto puedo gritar. El éxito es la casa de playa, el departamento caro, las vacaciones a Europa aunque no conozca mi país. El éxito es qué tan televisivo puedo ser. También es tener pareja. En nuestro medio si tienes éxito económico y no tienes una amante, no eres nadie ¿Será posible?

     No tengo idea de cómo se hace para deber 500 millones de dólares, como Michael; ni qué razones pueden llevar a la ansiedad a una mujer joven, rica y famosa como Whitney; ignoro qué ha llevado a Demi a tener problemas de adicción con sustancias y a la obsesión con su cuerpo. ¿Será acaso la búsqueda del éxito? ¿De cosas? En Occidente relacionamos el triunfo con cosas. Mientras más mejor. Si la casa es más cara y amplia, mejor; el auto de lujo y caro, mejor; el puesto en la empresa más elevado, mejor. El problema es cuando eso no se dá. Y ocurre en el 80% de los casos. La depresión es una pandemia mundial. Los científicos tratan de hallar la razón de porqué alguna gente no se deprime, en tanto nos llenan de calmantes y ansiolíticos y no se qué cosas más. Cómo no sentir que no encajamos si todos los días la TV nos muestra un mundo perfecto de éxitos que debemos alcanzar y que nadie alcanza. Casas, autos, puestos, tarjetas, ropas, vacaciones en lugares exóticos. Cómo no enfermar. Si los artistas arriba mencionados con todo el éxito alcanzado no escapan a la depresión y a la soledad, a la ansiedad, qué hacer nosotros. Ni el dinero ni la fama son ningún éxito. O, no podemos medir el éxito en dinero, fama, cosas 0 en la aprobación de los demás.

Madre Teresa: la permanencia

     La madre Teresa de Calcuta no buscó fama ni fortuna, nunca tuvo ésta última. No era una barbie ni medía 1.80. Pero fue exitosa en lo que hizo. El Mahatma Gandhi, tampoco buscó fama o fortuna, y tuvo éxito. Luther King tampoco busco fama o fortuna. Los tres alcanzaron fama sin buscarla y tuvieron éxito en sus quehaceres. Pero mientras la fama de ellos no se apaga nunca, la otra fama, la de los famosos, dura 15  minutos. Quizás el éxito esté en lo alturado de nuestras metas, por pequeños que seamos.  Crecer en espíritu y amar, he allí el secreto.

Pueblo Libre, 19 de febrero del 2012.

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